Blog poesía La luz de tu Faro

En memoria de Sara Álvarez, con Amor, devoción y ternura infinitas. Absorbí tu esencia, y ahora vives en mi poesía. Te devuelvo la vida con mis versos.

lunes, 28 de febrero de 2011


La lluvia caía sobre mí
como si quisiera hacerme barro
o espantapájaros.

Llovía como siempre, llovía como nunca,
llovía con la fuerza atronadora de un cielo cárdeno,
esplendente de relámpagos,
y tú permanecías a la intemperie como una estatua ciega,
con esa rígida, pétrea, hierática desnudez de alabastro.

Una colilla flotaba, lánguida, en la superficie del mar
mientras la luna –una luna cetrina, de bilis caramelizada–
se ahogaba en sus turbias aguas.

En aquella lluviosa primavera
éramos como dos hormigas que se acarician las antenas,
un beso de clorofila, una hoja abarquillada
por el peso del agua que eyacula la última alondra,
la fotosíntesis del camaleón.

Por entonces pensaba que la soledad
se parecía a un cuadro de Edward Hopper
o a una caricia furtiva en la habitación
de un destartalado motel de la Ruta 66,
pero ahora creo que tiene los ventanales
inundados de luz, como una playa mediterránea
o un óleo de Joaquín Sorolla.

Cuando quiero refugiarme en mi planeta de silencio
me ovillo en la estrella sigilosa de tu nuca
como la luz escarchada de las farolas
en un invierno jaspeado de añil.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

viernes, 25 de febrero de 2011


Cuando aún no existía el tiempo,
tú ya me amabas con un amor mil veces más cegador
que la explosión de mil soles.

En mi inhóspito planeta de roca volcánica y mares congelados
no había partícula subatómica que no vibrara por ti.
Mi espacio era la dimensión de tu nombre.

Como un ígneo meteoro,
mi voz atravesará la oscura membrana del tiempo
para circunnavegar el anchuroso espacio y ser eco en la eternidad.
En su infinita travesía recorrerá constelaciones y galaxias,
se hará neutrón y protón, fusión y fisión, estrella, supernova y nebulosa
–vida y muerte, Todo en Uno–,
sondeará tu nombre en cada isótopo,
en cada quark, en cada hadrón que colisione,
y esparcirá al negro universo las cenizas de nuestro amor
en gravedad cero.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

lunes, 21 de febrero de 2011


ah qué largo aprendizaje el de callar
Louis Aragon


Hay minotauros en los laberintos de la piel
que ovillan secretos en puertas entornadas.
Hay paredes en las estancias vacías de la voz
que delatan heridas e infligen palabras.

En mi cama el tiempo discurre sin pliegues,
undoso, como un corazón asaeteado de musgo
o un puerto sin salida al mar.
Sueño, y el sueño se deshilacha en una cenefa de espuma
y acaricia el borde del pie que, de frío,
no puede dormir.

Las horas zigzaguean como la lágrima
.................................. pesada pasada
.............que, abocada,
contempla la boca desde el ojo lenguaraz.

Me aturde la tolvanera de sueños
–ese mundo larval de nenúfares en el légamo–
y es que no logro saber si me motiva o vomita
este latigazo blanco, este silencio de pájaros
que rasga las hojas de papel donde escribo
para olvidar que un día –un día como hoy, un día como otro cualquiera,
un día sin más ruido que mis párpados mojados–

morí de ti, sin ti, por ti.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

viernes, 18 de febrero de 2011



Axioma I
En la circunferencia de tu abrazo
aprendí
que la distancia más corta entre dos cuerpos
nunca es la línea.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

martes, 15 de febrero de 2011



El arte es el dominio del dolor por la belleza.
Edgar Degas


Bailamos en la noche concupiscente
como sombras ateridas de luz,
dos luciérnagas titilantes
en un erial oscuro y caliginoso.
Bailamos y brillamos
porque estamos hechos de estrellas,
de ese polvo luminiscente
que arrulla los corazones.

Dibujo tu sonrisa d-espacio a esta hora aciaga del día,
con pespuntes de sombra y luz,
entreteniéndome en los claroscuros,
deslizando apenas por tus labios el dócil crayón de mi ideal.
Dibujo con ese color desvaído que sólo conocen los poetas
–azul grisáceo, el color de la lluvia y de la tristeza–,
con ese dolor ínsito a la belleza.

Me dejé arrastrar por una tormenta de metáforas
al auspicio mesmérico de la luna
para desnudarte la piel y vestirte poesía.

Aunque la noche se cierre en un puño,
siempre brilla el vientre salaz de la luciérnaga.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

jueves, 3 de febrero de 2011


Cuando paseo por el alero de tu tristeza
las palomas alzan el vuelo con batir de alas blancas
–como una ráfaga de luz que ilumina tenuemente
el hemisferio más umbrío de mi cara–
,
una lluvia inopinada arrecia sobre mi frente cansada
y tú me sonríes con el vaivén de una lágrima
ovillando en tus párpados nubosos
un hilo de sol.

No hay tejado demasiado alto para este vestigio suicida
–me digo para mi coleto–
ni ave que anide solitaria en el trombo del mar,
pero hoy que he debelado tu fortaleza sin adarves
las lágrimas son cristales rotos
que deshojan el pentagrama de mi voz
en pétalos de música.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.