tag:blogger.com,1999:blog-48819867619685991302024-03-13T03:27:21.837+01:00Blog poesía La luz de tu Faro En memoria de Sara Álvarez, con Amor, devoción y ternura infinitas.
Absorbí tu esencia, y ahora vives en mi poesía.
Te devuelvo la vida con mis versos.Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.comBlogger467125tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-88053282291813875692016-12-31T10:42:00.004+01:002016-12-31T10:42:50.018+01:00Pincelada de irrealidad 1<div style="text-align: right;">
Le di mi amor,</div>
<div style="text-align: right;">
le di mi vida,</div>
<div style="text-align: right;">
y al tercer día desperté.</div>
<div style="text-align: right;">
Solo, como cuando fui traído, desnudo,</div>
<div style="text-align: right;">
al mundo y ella aún no había interpretado</div>
<div style="text-align: right;">
su triste memorial de pájaros suicidas.</div>
<br />
La seda del frío<br />
es un arpa demasiado cruel<br />
para tañer el esperma de la noche<br />
si los árboles cimbrean<br />
a escondidas tu nombre<br />
y no hay soledad<br />
que en la memoria nieve.<br />
<br />
Me acerco al calor espurio de tu lumbre<br />
y el fuego resume mis manos<br />
con su danza ceremoniosa<br />
y ya no queda maldad en el rojo.<br />
<br />
En el fin todo malvive<br />
y es celeste.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-23204308993074215612016-12-27T11:11:00.000+01:002016-12-27T11:11:02.553+01:00Los naipes que peinasComo el instinto disecado del verso feroz<br />
o la lengua austera del destierro,<br />
yo te amo.<br />
<br />
A veces tu duelo mece mi noche<br />
como una oriflama lujuriosa<br />
en un mar enjalbegado de nostalgia,<br />
y entonces todas las estrellas son plausibles.<br />
<br />
Así tu voz<br />
de asiduas tristezas<br />
voltea los letreros ampulosos<br />
de mis tiendas diferidas.<br />
<br />
Despellejas las luces opacas del camino<br />
que desandamos a ciegas<br />
sin termas o corolarios<br />
y haces del amor un comercio justo.<br />
<br />
Como Japón es a una esponja<br />
son los naipes que peinas,<br />
las nubes que suben<br />
las olas a solas.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-43622730774040821132016-09-06T14:07:00.000+02:002016-09-06T14:07:20.470+02:00Da igualDa igual que las arañas hurguen<br />
en lo más absurdo de tus sueños,<br />
o que el calor menudee<br />
donde los títeres danzan<br />
al caerse el telón.<br />
Sin ti, la vida es un frasco<br />
que destapó su esencia<br />
en una atmósfera irreal<br />
de lagartijas convulsas sin cola.<br />
Y no habrá otro espectáculo<br />
que levante más vítores y aplausos<br />
que mis tripas<br />
rugiéndose a solas.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-48765659170485034022016-07-20T12:41:00.000+02:002016-07-20T12:41:24.776+02:00La causa de todoNo sé si todo empezó contigo<br />
o si tú fuiste la causa de todo,<br />
pero antes de ti no había nada –(d)año cero–.<br />
Tal vez por eso te llamé mi pequeño universo.<br />
Tú diste significado a mis metáforas<br />
con tu erótica polisemia<br />
de faros, acantilados y mareas.<br />
Fuiste tú el verde musgo de mis ojos<br />
y la rodilla temblorosa de mi helecho–sin(an)estesia–.<br />
Nunca hubo, me dijiste, amador más perfecto,<br />
y yo me lo creí, siendo el aborigen de tu danza.<br />
Así llegué a besar la orilla púrpura de tu estrella gemela,<br />
y el ruido de la vida se volvió un oro de líquido silencio,<br />
como cuando todos los presentes creen haber presenciado<br />
un hecho insólito e irrepetible y sólo pueden callar<br />
y mirarse asombrados los unos a los otros,<br />
haciéndose mudos partícipes del acontecimiento<br />
–el 10 de Comaneci–.<br />
<br />
Y el amor, que se empotra<br />
en mi locura<br />
como en un perfecto alunizaje,<br />
¿no podrá debelar los bastidores<br />
tumefactos de este rayo estéril?<br />
<br />
Y estas manos mías,<br />
que profanan el velo núbil de tus ojos<br />
con su fino tacto de lluvia,<br />
serán tu casa austera<br />
y el vergel donde se ocultan las mandrágoras.<br />
<br />
Y fue entonces, extrañamente,<br />
cuando comprendí que ya te habías ido,<br />
que nunca jamás volverías,<br />
cuando comencé a sentirme bien.<br />
<br />
Si todo lo que amo muere,<br />
mi amor murió contigo.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span><br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/pS-gbqbVd8c" width="560"></iframe>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-66696035896599625412016-07-14T12:13:00.001+02:002016-07-14T12:13:45.253+02:00Como un dios cansado de serloMe abrazas como una estrella muerta<br />
que entrega su último residuo de luz<br />
a la gravedad astringente del beso,<br />
y yo te miro como un dios cansado de serlo,<br />
nucleótido, colapsado<br />
y sin la reciedumbre de aquel árbol<br />
salutífero que un día fuera savia fértil<br />
para tus labios entecos.<br />
<br />
Tu soledad se parece tanto a mi Tierra,<br />
pero es un planeta hostil e inhabitable<br />
que te mata al respirarlo, y yo no sé<br />
cómo filtrar este aire tuyo envenenado<br />
que sublima mis huesos en volutas<br />
de humo negro.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-11782277111490444952016-07-10T16:40:00.000+02:002016-07-10T16:40:31.272+02:00Paraíso recobradoComo una nota manuscrita<br />
metida entre las páginas de un libro<br />
que declara su amor<br />
a una mujer desconocida<br />
o una carta perfumada<br />
que alguien quemó antes de leer,<br />
así te amé yo, con la azarosa esperanza<br />
de un paraíso recobrado<br />
en el interior de una botella de ginebra<br />
tragada y escupida por el océano<br />
en el blanco arenal de una playa desierta.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy.<i> Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-46239757687968224562016-07-08T12:40:00.002+02:002016-07-08T12:40:44.308+02:00Los fundíbulos narcotizados de la memoriaTus labios como una luz apócrifa<br />
que veranea en los fundíbulos narcotizados<br />
de la memoria; tu voz, el crujido ocre de una alcuza rota.<br />
Tu sexo es como una flor espúmea que descorcha su aroma<br />
en la noche estival, y yo la libo<br />
hasta hacerme pájaro e insecto, estremecimiento<br />
involuntario de dos élitros que se frotan<br />
en la proximidad candente del aliento<br />
vulnerando tacto y piel, piel y tacto.<br />
Así mi corazón eyacula alondras<br />
como partículas de agua en suspensión<br />
–chorro diáfano de avispas carnívoras–,<br />
circuito cerrado<br />
donde la luz extorsiona<br />
la naturaleza espuria del símbolo<br />
con sus drones militares.<br />
La lluvia es esa pequeña muerte<br />
que a todos nos desnuda, no importa<br />
lo abrigado que uno esté. Ya es tarde,<br />
amor, para soñarnos con las manos,<br />
ahora que el silencio invade mi carril.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-86754242854721982962016-07-03T12:36:00.000+02:002016-07-03T12:36:13.732+02:00Del silencio desabrigado de los mármolesDe Chardonnay a Epaminondas,<br />
noche arriba, noche abajo,<br />
todo silencio me habla de ti.<br />
Alguna vez lo supe, pero tan pronto<br />
como lo supe, lo olvidé.<br />
Toda mi vida ha sido<br />
una preparación para este instante.<br />
La tristeza en sus múltiples ángulos,<br />
el dolor que se anticipa a la derrota.<br />
Aquel tiempo en que una iglesia<br />
devenía cementerio.<br />
Disculpa si te amé.<br />
La lluvia caligrafía tu nombre<br />
en la espalda del fauno<br />
y el ánima del cañón escupe furiosa<br />
su muerte. Desde aquí puedo oír<br />
el silencio desabrigado<br />
de los mármoles, la intrusa<br />
voz de las pirámides<br />
que se alzan a lo lejos<br />
como veranos afónicos<br />
o mariposas invidentes.<br />
Y así, como una llama perezosa<br />
que derrama su último credo<br />
en un baile nocturno de cintura indescifrable<br />
o una luz que quiere hacerse sombra<br />
en lo más sombrío del ágora,<br />
te apagaste. El mar se veía<br />
como un reloj antiguo y ceremonioso<br />
y los motores de las lanchas<br />
rugían asmáticos. Tu beso flotaba<br />
entre mis labios como un copo de nieve<br />
flota en la noche elástica y fundida<br />
y una gotita lúbrica resbalaba<br />
por la comisura estornudando su polen.<br />
De ahí en adelante todo fue capitular.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-84840055958013744432016-06-29T11:23:00.000+02:002016-06-29T11:23:12.643+02:00Hiel y mercrominaHoy tus ojos me dicen adiós sin decirlo,<br />
y lloras como quien dice que llora<br />
porque se le ha metido algo en el ojo<br />
–pero tú y yo sabemos que es una mentira<br />
que te dices para hacerte la valiente–.<br />
Ya nada quiero saber de tus besos,<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span><br />
de esos besos que me saben a hiel y mercromina,<br />
ni saber quiero más del mecanismo ausente de tu voz,<br />
aquel chorro cálido en que con gusto me bañara.<br />
Para mí es tarde incluso para llorarte<br />
–ya ves, yo no necesito hacerme el valiente<br />
para disimular el veredicto injusto que tus lágrimas<br />
arrojan– ahora que sé que te has ido antes de irte<br />
y que lo que tengo ante mí, entre mis brazos amputados,<br />
es el fantasma de aquello que algún día fuiste.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-89422204428800289952016-06-19T11:14:00.000+02:002016-06-19T11:14:11.730+02:00Tus pájaros de invierno<div style="text-align: right;">
<i>Y al dormir te apretarás contra mí como una perra enferma.</i></div>
<div style="text-align: right;">
Jaime Gil de Biedma</div>
<br />
Como un lobo solitario que se atrinchera<br />
en la estepa o el maullido triste de un gato,<br />
yo te amé. Como una luz que nunca cicatriza<br />
o un relámpago al que arrancaran uno a uno<br />
los pétalos o una astilla clavada en la córnea.<br />
Yo te amé. Y no hubo oración más fervorosa<br />
que mis manos a las tuyas sosteniendo<br />
o el aliento usurpado a cualquier muerte.<br />
Años después dejó de helar en mi país<br />
de nieves perpetuas, y mis árboles,<br />
aquellos árboles que tú plantaste<br />
con uñas hábiles de tierra<br />
en áridos umbrales, extrañaron<br />
el frío calor de tus pájaros de invierno.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-25455965539757389402016-06-16T11:02:00.000+02:002016-06-16T11:02:17.353+02:00Geómetra de espadasMira cómo arden sus barcos en mi pábilo.<br />
La memoria es un tálamo cruel<br />
que aplaca la ingravidez<br />
de los horarios<br />
y el ciclo amargo del agua.<br />
¿Para qué alterar los vértices<br />
inconcusos<br />
si el ave ablanda las alturas<br />
y el río no extirpa sus relieves ácidos?<br />
Como un geómetra de espadas, yo te hiero<br />
en la voz y en la palabra<br />
y tú transmutas<br />
el orden secuencial de las galaxias<br />
en tejidos de un rojo caníbal<br />
que luego redondeas con las aspas furiosas<br />
del tiempo<br />
para maniobrar un infinito más audible.<br />
<br />
Así tu carne se abre, excéntrica tirita, a la fina lámina<br />
del beso y el filo descalza su pura inocencia<br />
en tajos de sal y limón que la terca luz no exilia<br />
a su sangre indolora.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-45421340361693072592016-06-13T13:48:00.000+02:002016-06-13T13:48:03.589+02:00Tu último hábitoEran<br />
sus lágrimas vivas<br />
cenceñas palomas<br />
y delicadas<br />
que se resistían a morir<br />
con el último naufragio.<br />
<br />
Eran<br />
de luz<br />
sus labios silábicos,<br />
y a oscuras<br />
en mi espigón<br />
encallaron.<br />
<br />
Dicen que ya nadie muere de tristeza,<br />
pero tú lo hiciste. Te moriste.<br />
Y fue mi amor tu último hábito.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-7073249525551244442016-06-10T12:45:00.000+02:002016-06-10T12:45:17.755+02:00Piel de salamandraArroja a lo innoble de este orgasmo<br />
tu ahumada piel de salamandra<br />
y escóndete detrás de mis latidos<br />
como una luz preñada de esporas.<br />
Aquí, en mi arbórea garganta,<br />
la lejanía se comprime sola<br />
en píldoras<br />
de un azul indecoroso, y las batallas<br />
libradas al silencio<br />
se pierden donde la sangre circula su verdad<br />
en pértigas doradas. Has donado<br />
los tiempos impersonales del verbo<br />
con todas sus capillas verdes<br />
a una deidad más austera, más doliente,<br />
y ahora no te quedan equinoccios<br />
que restregarme ni picaduras de araña. La lengua<br />
arde desbocada como un caballo blanco en llamas<br />
que galopa directo hacia el infinito adiós<br />
del marfil de su mirada<br />
o tal vez hacia el mismo mar<br />
donde descansan, inconclusas, tus cenizas.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-79861704212575905692016-05-28T11:42:00.000+02:002016-05-28T11:42:03.301+02:00Desde el principio<div style="text-align: right;">
<i>Y morir hasta nacer,</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>y soñar con el placer</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>de no ser nadie</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>ni nada. Liberarse</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>hasta siempre del mañana,</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>¡qué vacío y qué fetén!</i></div>
<br />
Como el baile de la muerte<br />
de dos estrellas muy próximas<br />
en un sistema binario,<br />
desde el principio nuestro amor fue<br />
una huida hacia la luz<br />
y un colapso gravitatorio<br />
que sólo puede acabar<br />
con dos galaxias<br />
fundiéndose en una.<br />
Es el ciclo de la vida <i>–ouroboros–</i>,<br />
cataclismos, reacciones nucleares,<br />
nubes de polvo y gas, supernovas,<br />
y el nacimiento de una nueva estrella<br />
allí donde murió otra.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-58859450502288769392016-05-24T10:32:00.000+02:002016-05-24T10:32:22.814+02:00El último saborEn esta tarde<br />
de amarillos recovecos<br />
el sol me mira<br />
con la luz inhóspita de un muerto<br />
y el mar afila sus aristas blancas<br />
incrustándose en las rocas<br />
como un parásito de sal.<br />
<br />
Las nubes de tu frente<br />
son peces y uñas de azúcar que la tarde parcela,<br />
y en su mecánica de fluidos<br />
los amantes se lamen los poliedros<br />
con el envés de las lenguas. Soy el arañazo<br />
feroz en la carrera delictiva de una media<br />
que la prisa no repara si el calor fuerte no aprieta.<br />
Aquí, en el bulevar de los mártires apuestos,<br />
yo me arrimo a la imposible geodesia de tus vértebras<br />
para flotar como un flagelo azul<br />
en la cadencia exacta de su rala melodía<br />
y tiemblo como un mar de jade en tu orilla afrutada<br />
y blanquísima y tu boca<br />
hiere mi piel como una espada silenciosa<br />
y nuestros gemidos se los lleva lejos –a otro universo,<br />
a otra isla, a alguna remota piel broncínea–<br />
la marea que ya sube.<br />
<br />
Tu nombre será el último sabor que mi lengua guarde<br />
cuando la memoria sea ya un pecio en el océano<br />
y el olvido libere su nepente.<br />
<br />
Nunca nada fue ni será<br />
donde el viento aúlla su locura<br />
a los cachorros.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-35549640589615700502016-05-22T11:36:00.000+02:002016-05-22T11:36:17.771+02:00Detrás de míSiempre, detrás de mí, unos pasos.<br />
A veces son rápidos,<br />
como los menudos pies de una muchacha<br />
que llega tarde a su cita<br />
y el maquillaje se le corre<br />
por la lluvia y el sofoco.<br />
Otras veces, en cambio,<br />
son profundos y graves y amenazadores,<br />
como el asesino que esconde<br />
su rumor tumultuoso<br />
tras la pacífica protesta del gentío<br />
o el zapato que apaga, mezquino,<br />
la colilla.<br />
<br />
Siempre, detrás de mí, una sombra.<br />
Podría ser mi sombra<br />
o tu sombra, pero es algo más líquido,<br />
más agraz, como una araña viscosa<br />
que arrastrara su vientre disforme<br />
por un universo mínimo.<br />
<br />
Todos tenemos un doble<br />
que nos afrenta la mirada<br />
como un buitre jactancioso.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservado</i>s.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-40112954604550337682016-05-19T12:33:00.000+02:002016-05-19T12:33:29.034+02:00Nostalgia de la luz<div style="text-align: right;">
<i>Y su piel palideció bajo la roja certidumbre del beso.</i></div>
<br />
Parece que te fuiste,<br />
y sin embargo, nunca estuviste más cerca.<br />
Como esa luz fósil<br />
del astro que perdió su llamarada<br />
en la aventura del tiempo y la materia,<br />
el eco de tu piel, su arrullo místico<br />
y su mística pavesa, aún inflama mi piel<br />
arañando nebulosas de estrellas muertas<br />
con la nostalgia de la luz.<br />
<br />
Cómo puede ser, a menudo me pregunto,<br />
que lo que ya no esté<br />
siga siendo, que la luz que se extinguió<br />
en otro espacio, en otro tiempo,<br />
brille nueva en mundos nuevos,<br />
o cómo de la más fría oscuridad<br />
puede surgir una bola de fuego.<br />
En este universo nuestro tan desconocido aún,<br />
tan por explorar, tan antiquísimo e inmenso,<br />
hay fenómenos difíciles de explicar –los colores,<br />
la luz, el océano, la vida con sus muchos reinos–,<br />
antes magia que ciencia para los legos,<br />
pero que sabemos que existen con certeza.<br />
<br />
Y ahora yo te pregunto:<br />
el ciego que nunca vio,<br />
¿cree acaso en lo que a oscuras palpa<br />
y despierto sueña con los ojos abiertos?<br />
¿No reside su fe en aquello mismo que ve sin verlo?<br />
<br />
Pasa un cometa,<br />
y el astrónomo duerme.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-33711604748319049392016-05-16T21:56:00.000+02:002016-05-16T21:56:48.343+02:00Carta de ajusteComo un mar insólito<br />
que naciera del cráter<br />
de unos ojos lluvianos<br />
o una boca embaucada<br />
por su húmedo oficio<br />
o un novísimo altar<br />
en la lengua derrelicta.<br />
<br />
A veces tu tristeza se me muestra<br />
y me señala y pisotea<br />
como un perro caminando bajo la lluvia,<br />
tristeza húmeda y resbaladiza<br />
en una mañana de un domingo cualquiera,<br />
por siempre jamás olvidada.<br />
<br />
Mírame ahora.<br />
Soy la persona que nunca quisiste que fuera;<br />
soy el poeta que nunca quiso ser.<br />
Y sin embargo, soy.<br />
<br />
Desde la sórdida cucaña de la memoria<br />
me hablas con tu espada seductora<br />
y yo me callo para no oírte más,<br />
pues muchas veces nuestra voz<br />
es el silencio de los otros.<br />
Entiéndeme, mi amor:<br />
hablarte así es un rayo<br />
que no cesa de electrocutarme<br />
hasta la última ceniza,<br />
hasta el último y fatal estertor.<br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-81963146417099875872016-05-11T14:12:00.000+02:002016-05-11T14:12:34.084+02:00No es una noche cualquieraDesperté y estaba solo<br />
–enésimo arrebato místico–.<br />
Esta noche no es una noche cualquiera,<br />
susurraste, enigmática,<br />
mientras la luna ungía de besos tus luengos cabellos<br />
con su luz cenicienta. Hoy morirás<br />
como un ciervo arrodillado frente a los faros de un coche.<br />
Yo dibujaba ciervos en las voces altas de los árboles<br />
y al volver la espalda las sombras me gritaban.<br />
Es muy tarde y el futuro canta<br />
en otros labios.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span><br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/pgRjqOdeVwg" width="560"></iframe>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-3337473337567901642016-05-07T10:41:00.000+02:002016-05-08T10:24:55.683+02:00Magia en la piel<div style="text-align: right;">
<i>Y él habla así, callando, a las estrellas.</i></div>
<div style="text-align: right;">
Vicente Aleixandre</div>
<br />
Hoy tu tristeza eterna me sonríe<br />
como un sol extinto y sin encías<br />
o una espiral silenciosa<br />
que ilumina los bisontes dibujados<br />
de la infancia. Deambulo<br />
descalzo por tu orilla proscrita<br />
como el mar que entierra<br />
el último presagio de humanidad<br />
en su innúmera voz de adormidera,<br />
en sus azules atalajes,<br />
en su ríspida idiosincrasia<br />
que todos los faros en escorzo<br />
veneran, y cielo arriba, como ocelos<br />
o girándulas o granos de café,<br />
lueñes estrellas me prometen<br />
un nuevo amanecer<br />
lejos de ti.<br />
<br />
Son tus ojos lentos y sinceros,<br />
oblongos como un cálamo,<br />
los que, con su escaramuza<br />
de peces y colores, me incitan<br />
pronto al beso. Es el silencio<br />
desarmado de tus labios<br />
el que apresa mi sangre<br />
en cárcavas rosas y cientos<br />
de esquejes y resuelve el amor<br />
en una flor tibia.<br />
<br />
A esa hora exacta del conticinio<br />
en que caminan desleídos los fantasmas<br />
del recuerdo arrastrando falsos grilletes<br />
y conchas también falsas, el sueño se apodera<br />
del coral de mis lágrimas con un chapoteo germinal<br />
como de limo, alga o renacuajo, y el canto sonámbulo<br />
del grillo tu locura suicida recrudece.<br />
<br />
Aquí, en mi país postrero, ya es<br />
ávida la noche, y yo rápido me hurto<br />
al fuego en la magia bebediza de tu piel<br />
como una caricia extravagante<br />
que no paga aranceles a la osadía<br />
ni recita contraseñas en aduanas fronterizas.<br />
Porque tu piel es esa ínsula prodigiosa<br />
sin bordes ni franjas ni aristas<br />
donde mis esquifes hacen amor de cabotaje<br />
y mis vilanos forrajean en pastos intonsos<br />
y musgos de alcor forastero, oh infinito<br />
desembarco de prístina luz, oh rayo indemne o simiente<br />
dadora de vida que fecundas de kril los anchos piélagos,<br />
como el universo que se expande sin límites abrasando<br />
el vacío de la existencia en un calor feraz y galopante<br />
–universo cada vez más frío a medida que crezco y me alejo de tu ombligo–<br />
o el horizonte que emancipa las crines otoñales<br />
con las más vivas vestes.<br />
<br />
Debes saberlo:<br />
serás el último amor que arda en mí<br />
cuando ya no me quede nada más que amar-te-amo<br />
y la vida huya de mis pies como un océano blanco<br />
de espuma, océano espumoso y<br />
blanco, blanquísimo, blanco.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span><br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/WYARiZkyK8Y" width="560"></iframe>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-16920701004254636012016-04-25T18:51:00.001+02:002016-04-25T18:51:52.767+02:00Ayer me fusilaron<div style="text-align: right;">
Te amo</div>
<div style="text-align: right;">
con la violencia escueta del relámpago</div>
<div style="text-align: right;">
que devora la noche toda</div>
<div style="text-align: right;">
con su carne de arándanos</div>
<div style="text-align: right;">
y la sombra azul del cólera,</div>
<div style="text-align: right;">
como la mano que dibuja epístolas</div>
<div style="text-align: right;">
sangrientas</div>
<div style="text-align: right;">
en la flexión de una estrofa</div>
<div style="text-align: right;">
o la torsión violenta</div>
<div style="text-align: right;">
de una mesa de Matisse.</div>
<br />
Ayer me fusilaron<br />
los colores inocentes<br />
del verano<br />
con una tristeza sumaria<br />
y un oído alrededor.<br />
Yo me dejaba seducir<br />
por el capricho arlequinado<br />
de la espuma<br />
–lábil ola–<br />
y tú cabalgabas<br />
la luz esterilizada<br />
del crepúsculo<br />
como un surfista solitario<br />
en la liturgia verde del mar.<br />
Y así, tan blancos<br />
que al desnudo día<br />
desnudábamos,<br />
los dos hemisferios<br />
del sol al unísono<br />
con avaricia<br />
circunnavegamos,<br />
hasta donde van a morir<br />
los reptiles<br />
con su lluvia invertebrada<br />
de secuoyas<br />
y sus uñas mordidas<br />
de un llanto más feliz<br />
que el meconio.<br />
<br />
Tanto preguntarme qué era la tristeza<br />
y la tristeza eras tú.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy.<i> Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-91312444902341543422016-04-18T10:39:00.003+02:002016-04-18T10:39:53.103+02:00Vino a míVino a mí<br />
con las manos vacías<br />
de besos<br />
y el carmín apelmazado<br />
de los ángeles.<br />
Me tendió su risa<br />
cabalística, siempre<br />
amable, y yo no supe cómo<br />
doblarle las corazonadas.<br />
Luego nos alejamos, cada pie<br />
con su pisada, y ya no<br />
volvimos a encontrarnos<br />
hasta que la voz, su<br />
voz amarillo de cadmio,<br />
se hizo tarde<br />
a mi torpe caminar,<br />
caminar torpe, lento<br />
y despeinado.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-91584015129061308562016-03-31T12:32:00.000+02:002016-03-31T12:32:08.539+02:00Una imagen prestada<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghQYDc2109UWzT1OEowCP5udjI6tW7YTrJj7SPHT003Llz3izBbb4whlzUIF7IIpGclY815U2C7PcHijtET0T3eD9yXn6MN2W8ryoW0Nm9NLlDzgqXs69yZk4CRxRlAwDHk4VTSKMbfhf3/s1600/mujer-aeropuerto-zaventem.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghQYDc2109UWzT1OEowCP5udjI6tW7YTrJj7SPHT003Llz3izBbb4whlzUIF7IIpGclY815U2C7PcHijtET0T3eD9yXn6MN2W8ryoW0Nm9NLlDzgqXs69yZk4CRxRlAwDHk4VTSKMbfhf3/s320/mujer-aeropuerto-zaventem.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La primera y única vez que la vi fue en el aeropuerto de Zaventem. Tenía la mirada ausente y el rostro descompuesto de todo aquel que, habiendo llevado una vida pacífica, de pronto, sin esperarlo, recibe en sus carnes una descarga de genuina violencia. Había algo indecoroso, de una morbidez malsana, en su maltrecha figura, algo que te llevaba a preguntarte quién habría podido sacarle una foto en semejante estado de postración y abatimiento, una foto que, sin duda, ella no habría consentido que le tomaran –ni ella ni nadie, quiero suponer–. Pero debía de estar tan aturdida por el horror que con tanta fuerza le había golpeado, tan desorientada y fuera de sí, que con toda probabilidad no era consciente de lo que sucedía a su alrededor. Aquella mirada extraviada, de incredulidad, pánico y desconcierto, daba fe de ello. El caso es que llevaba una chaqueta amarilla rasgada, o, para ser más precisos, totalmente rota, desgarrada del cuello hasta el ombligo, con una escueta sujeción que le pendía de la espalda a guisa de torera, y así dejaba a la vista la impudicia de su vientre desnudo, donde sobresalían unos pliegues adiposos, junto con el sujetador. Estaba recostada entre dos sillas metálicas de ésas que uno espera encontrar en los aeropuertos y que parecen diseñadas para que nadie se acomode demasiado tiempo en ellas, y tenía un pie descalzo y el otro a medio calzar, ambos inertes como remos. Un hilo de sangre le cruzaba la cara todo a lo vertical, y tenía el pelo revuelto y espolvoreado por una nube blanca y granulada como harina. A su derecha, una chica joven, mucho más entera de cuerpo y de ánimo, pero con la mano y el puño del suéter ensangrentados, hablaba por el móvil, seguramente para tranquilizar a su familia. No parecía preocuparse de la mujer que tenía justo al lado en tan lastimoso estado, ni siquiera ser consciente de su existencia, aun cuando casi podían tocarse, y de hecho daba la sensación de que las dos estaban en planos distintos de la realidad, cada una encerrada en su burbuja, en el reducto más inaccesible de su individualidad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aquella mujer desconocida, la de la chaqueta amarilla, copó todas las portadas de los noticieros y de los tabloides –también de los sensacionalistas– y fue, sin quererlo, la viva imagen del terror y de la barbarie terrorista, la protagonista involuntaria de los atentados de Bruselas. Días más tarde, como por casualidad, supe que se llamaba Nidhi y que era azafata y de nacionalidad india y, lo que es más importante, que estaba bien.</div>
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-66535309553577321532016-03-27T15:36:00.000+02:002016-03-29T10:22:37.705+02:00La mística del sueño<div style="text-align: right;">
<i>y me sé tan distinto como se puede ser siendo uno mismo</i></div>
<div style="text-align: right;">
Pere Gimferrer</div>
<br />
A veces me adentro en la bruma misteriosa<br />
de tu bosque encantado<br />
tomando lo irreal por lo fantástico<br />
para hacerme con tu lengua muerta<br />
un nido donde en silencio reposar.<br />
Y en la espesura visceral de este silencio,<br />
retorcido el espinazo como un cáñamo,<br />
mientras se levantan, insurrectos,<br />
los pájaros protervos del acero,<br />
aguardo mutilado por la espera<br />
–una señal, un augurio, un rayo calafateado–,<br />
como el cuerpo que se apresta a la batalla.<br />
Así me dejo intrigar por el esplín de las libélulas<br />
y su mayéutica de lanza en astillero, y el crepúsculo<br />
silba como en una balada del Oeste, y el horizonte<br />
se abre al rojo telar de la carne como un índice onomástico.<br />
Contigo o sin ti, la persona que fui ya dejó de serlo.<br />
Exiliado estoy en la soledad de tu tierra baldía<br />
con la algente caricia del pasado, a solas<br />
meditando, cual estrella transida por el líquido metal.<br />
Quién pudiera solazarse en el musgo<br />
de tu roca.<br />
Quién pudiera en su sombra eviscerada<br />
una astilla de luz tallar.<br />
Mientras la luna iniciática se apodera poco a poco de mi piel<br />
ambarina con su frío instinto de reciario, tus árboles<br />
me van hablando muy quedo y amorosamente<br />
al oído bajo sus guedejas marfileñas<br />
que el viento a ráfagas sin piedad remeje<br />
y cimbrea, y es su voz espuela a mi oquedad,<br />
una galería de silfos y un pasadizo de tórtolas<br />
donde sé que algún día yo habré de perderme.<br />
Entonces un águila cae rodando a mis pies<br />
alanceada del mismo cielo prodigioso<br />
que antes a mí me diera enquista vida<br />
con acólita presteza. El rapaz<br />
cae desmayado con sus lacias y ocres plumillas<br />
en mortal caída cual áspid que atrofia, colmillo<br />
centelleante, la sombra del cuévano<br />
y el pecho lactante; y al de esta suerte perecer,<br />
en un último y fatal resuello –el pico cóncavo<br />
del miedo–, con tan gemebundo lamento<br />
que sacude las hojas indoloras<br />
de mi querer insatisfecho, se le cierra<br />
lenta y armoniosamente el torvisco ojo de pecio,<br />
y así se nos alumbra la mística del sueño<br />
con todas las preseas de un amor dilecto.<br />
Uncido, pues, a este yugo celestial<br />
por una crestería de luces famélicas<br />
yo te impreco y yo te imploro, a ti que nunca<br />
mis oraciones quisiste escuchar, ni aun de niño:<br />
Dame algo que pueda abrazar la magnitud física de este sueño.<br />
Dame algo que pueda rastrear en la virtud enmarañada de tu dédalo.<br />
Dame paz o dame muerte.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.</span>Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4881986761968599130.post-68459797323034975122016-03-21T12:25:00.000+01:002016-03-21T12:25:05.048+01:00Del espacio en movimientoHáblame del amor en invierno,<br />
de los fríos mares sin océanos,<br />
de cómo sin alas aprendiste a volar.<br />
Háblame del espacio en movimiento,<br />
de los lejanos astros que titilan a lo lejos,<br />
háblame temprano en esta noche de sueños tardíos<br />
que los barcos ya comienzan a embarcar.<br />
Háblame en susurros y en secretos,<br />
háblame sin pausas, sin rimas, sin acentos,<br />
a través de esta galaxia formidable<br />
donde algún día esparciremos al azar<br />
nuestros fósiles arpegios, háblame<br />
como si la luna escarchada<br />
pudiera oír desde su inmenso bastidor,<br />
desde su ebúrnea atalaya,<br />
el cabrilleo argentino del agua<br />
donde lavamos tantas llagas<br />
como el silencio impune de tus ojos<br />
hizo a mi púnica deidad sangrar.<br />
<br />
© Óscar Bartolomé Poy. <i>Todos los derechos reservados</i>.Óscarhttp://www.blogger.com/profile/01522878520696213219noreply@blogger.com1