Física intangible
Ocurres como quien no tiene conciencia de serlo.
Cayendo y cayendo
te ausentas de mi realidad
con la mirada vuelta
hacia el océano. Te abrazas
a lo fugaz del mudo instante,
a lo inane de la vida,
y reduces los colores a su física
intangible. Y entretanto,
danzan las peonzas. Seduces
los templetes de los bosques
con tu canto palíndromo, y reviertes
los túneles de música baldía
en su más prolija sombra. Masticas, crudos,
los apéndices violáceos del relámpago, y haces
de la nieve frío acopio. No hay matiz
que escape a tu avaricia de soles. Y entretanto,
danzan los peones y las torres se vigilan
mientras tú y yo nos chupamos
y escupimos el veneno de nuestras heridas
–infligidas mutuamente y con alevosía–
y las nubes que te gobiernan van reposando
su lluvia cotidiana sobre el carrusel
tornadizo de lo venidero, sin el subterfugio
de aquella cometa que aprendiste a hacer volar
siendo una niña.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
Cayendo y cayendo
te ausentas de mi realidad
con la mirada vuelta
hacia el océano. Te abrazas
a lo fugaz del mudo instante,
a lo inane de la vida,
y reduces los colores a su física
intangible. Y entretanto,
danzan las peonzas. Seduces
los templetes de los bosques
con tu canto palíndromo, y reviertes
los túneles de música baldía
en su más prolija sombra. Masticas, crudos,
los apéndices violáceos del relámpago, y haces
de la nieve frío acopio. No hay matiz
que escape a tu avaricia de soles. Y entretanto,
danzan los peones y las torres se vigilan
mientras tú y yo nos chupamos
y escupimos el veneno de nuestras heridas
–infligidas mutuamente y con alevosía–
y las nubes que te gobiernan van reposando
su lluvia cotidiana sobre el carrusel
tornadizo de lo venidero, sin el subterfugio
de aquella cometa que aprendiste a hacer volar
siendo una niña.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
1 comentarios:
Maravilloso.
Enhorabuena.
Bs.
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