
Tu vida explotó en mis manos
como una frágil y efímera pompa de jabón
que refleja en su bruñida superficie
la translúcida belleza de una lágrima.
¿Cómo, mi amor, restañar la cicatriz del tiempo
si esta brecha es tan profunda como los siete mares?
¿Cómo, si somos agua, nos volvemos al fin tierra?
¿Cómo, dime, se evapora nuestra líquida conciencia?
En la levedad del polvo se intuye la sorda cólera del agua,
una remanencia de sed, un bramido de ciclón,
de océano, de río impetuoso,
la caudalosa ceguera de los embalses.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.