En el estanque
las hojas lanceoladas
bruman la niebla;
la suave brisa anuncia
el preludio de un beso.
El sol asoma
en lontananza con un
brillo cegador
que espejea las fuentes
y reverbera en el mar.
El viento silba
en el bosque umbrío con
murmullo de hojas
secas y un remolino
riza la lluvia fina.
Las manos en la
hoguera buscan calor
y atizan brasas,
que el frío y la nieve son
lebreles de la muerte.
Ya la nieve con
su capa de armiño y sus
mitones blancos
abandona el roquedal
y brota verde el musgo.
*El tanka (poema corto) o waka (nombre con el que se conoce la poesía japonesa desde el Kokinwakashu) es una composición de 31 sílabas divididas en 5 medidas (ku) de 5-7-5-7-7, sin rima. Estas medidas no se corresponden con lo que en español llamamos verso, pues la prosodia del waka es puramente cuantitativa. Al no coincidir la pausa versal con la pausa morfosintáctica, el encabalgamiento es la regla, y no la excepción, en la poesía japonesa, donde no existe la sinalefa.
La temática del waka es, invariablemente, el carácter transitorio y cíclico de las estaciones, y, en este sentido, hay varios tópicos estacionales: la flor del cerezo y el ruiseñor (primavera), el pájaro cuco y la flor del naranjo (verano), la hoja carmesí y el ciervo (otoño), y la nieve (invierno).
Los más popularizados haikai, o haiku, son una variante de los waka (comparten las tres primeras medidas), e inicialmente recibían este nombre los poemas considerados excéntricos.
El título del poema, así como la imagen, están tomadas de la película homónima de Kim Ki-duk. La música pertenece a la banda sonora de 'Oldboy', de Park Chan-wook ('The Last Waltz').
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.