Blog poesía La luz de tu Faro

En memoria de Sara Álvarez, con Amor, devoción y ternura infinitas. Absorbí tu esencia, y ahora vives en mi poesía. Te devuelvo la vida con mis versos.

miércoles, 29 de agosto de 2012











Mi rostro sabrá escupir la lluvia como las piedras.
Suttree, Cormac McCarthy

Crece el musgo entre las sombras
y yo también.

Puedo ver el cielo corrugado de nubes,
nimbos orlados de hulla
que flotan en la diversidad de la noche
como un avispero titilante, siempre torvo;
el verdín de la lluvia sesgada de avaricia
y su pulcra letanía;
espolones de una luz desmenuzada
en un crepúsculo de similor
que desmiente el celaje de la bruma.

y la lluvia que te obliga a acorullar los párpados
como remos invidentes o un pez sin celosía,

y la luz cenicienta que se frota con las vetas del mármol,

y los faroles temulentos como colas de espermatozoide
o chicles pegados al asfalto,

y la voz que renuncia a la voz;
y la palabra que abroga la palabra;
y el silencio occipital como una ardilla en los labios
que salta de sílaba en sílaba blandiendo su añagaza.

Dios bosqueja mares asimétricos y fósiles de añil,
gametos de un solo tajo.

El sol es un pájaro enteco de escápulas doradas
que se explaya en la prolijidad del horizonte
como un ojo errático y deiforme.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

martes, 21 de agosto de 2012












dime hoy que no habrá más mañanas silentes,
que las horas morirán como náufragos sedientos
de un océano axial

aquí hace frío y
el cielo regurgita relámpagos como jinetes apocalípticos
y los árboles se doblan a mi voz

sombras oblongas

el mar no hace cábalas
si el viento es una herida circular

tu silencio es extraño como una voz oída desde otra piel,
desde otros labios,
o una caracola sin eco ni mar

cavidad auditiva
bombear de la sangre
fractales de silencio

el desierto es un ojo disecado,
un palimpsesto absorto
o la palabra quemada por el sol

la carne figura en la razón de lo simple,
en la superficie del instante,
en el surco taimado del reloj

–y cada rumor es una blasfemia,
y la lluvia que cae como una brisa inacabada–

quiero ser inmortal como la lluvia
para soñar desde lo alto
y morir a ras de suelo

el tiempo es una percepción
donde el amor no tiene hechos

nuestro amor es
un cielo intonso,
un mar inconsútil,
un sol onírico y enajenado;
la intrusión de lo irreal.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

miércoles, 1 de agosto de 2012











El universo es una superposición de capas,
una chincheta que ata dos pliegos,
el resultado de una pequeña asimetría,
la torsión centrípeta de un agujero negro.

Mi amor se expande como el universo
o una herida sucia y gangrenada
–la metástasis del tiempo–
y se contrae en iones de versos.

¿No eras tú el sol nesciente de un mundo desahuciado?

suspensión de la incredulidad

Si fuiste estrella y supernova,
¿no serás ahora un agujero negro
que absorbe mi luz, mi radiación,
y me atrae con toda su fuerza gravitatoria
hacia su campo magnético?
Me desintegras en billones de bariones.
–como aerolito en la atmósfera terrestre,
2ª ley de Newton,
la fuerza es igual a la masa por la aceleración–
Me colapsas.
Me transformas en materia oscura.

¿Y si fuera el sueño de un alter ego en otro universo paralelo?
Nunca despertaría de este sueño.
Nunca despertaría.
Y tú estarías allí, despierta,
esperando a que abriera los ojos
para verte reflejada en mis pupilas.

–tu planeta azul flotando en mi pupila
como un huevo sin yema–

El amor siempre nace de la antimateria.
Es corrosivo.
Es cáustico.
Tiene carga negativa.
Destruye lo que crea.

¿Que por qué sé que existes?
Porque te observo.
Y nunca has dejado de mirarme.
Desde tu Faro me miras,
y yo te sonrío.

Estiraré el brazo izquierdo en tu lado de la cama
y estarás allí, donde el calor hace su nido,
con tu cuello de garza y tu núbil aleteo.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.