Al caer el sol
Te espero al caer el sol,
exiguo rayo de luz que penetras,
tremulento, por el umbral de mi puerta
....................................................................................–puerta entornada–
desvaneciendo apenas la densa nube de sombras
.........................................................................................–densa y opaca–
con tu morigerada calidez de lar benévolo
o fuego hogareño
para devolverle el prístino fulgor a mi mirada.
Ven y bésame en los efluvios de la noche,
abrázame en la encrucijada de dos astros,
duerme, niña, duerme
en la clausura de estos brazos que se cierran,
como pétalos, en el claustro bondadoso de tu pecho.
Te esperaré al caer el sol,
cuando la luna sea un ovillo de lana
y nuestro amor juguetee como un gato
enredado en la madeja.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
7 comentarios:
Como esperes que elabore igual que tú lo llevas clarinete... jajaja tú eres poeta, Óscar, yo no.
Crees que de mi saldría decir una maravilla como esta?
Ven y bésame en los efluvios de la noche,
abrázame en la encrucijada de dos astros,
duerme, niña, duerme
en la clausura de estos brazos que se cierran,
como pétalos, en el claustro bondadoso de tu pecho
No nos engañemos.
Besos
Cita
¿Quién se podría negar frente a tan bella invitación poeta?. De seguro, te esperarán al caer los rayos del sol, y al descender la paz de las estrellas.
Muy bello, como siempre maestro.
Un poema de amor, calor y luz nacido del corazón enamorado del poeta, de un esplendor sin igual. Un contexto dulce apoyado en esa interesante estructura que enlaza versos tan propios de ti. Y una ternura que derrapa por el paladar de los sentidos de manera exquisita.
Excelso.
Un fuerte abrazo, Óscar.
Qué bello lienzo extiendes, pletórico en imágenes y, por supuesto, en sensaciones que las acompañan.
Saludos.
Que belleza has escrito, amigo mío, y más en las dos últimas estrofas....el "duerme, niña, duerme", abrazado por los otros cuatro versos.
La última no dejo de verla, y es preciosa¡¡¡
Un abrazo, Óscar
Ío
No sé si te he leído algo más tierno que este poema, Óscar, y es que tiene mucha luz, aunque hable de la noche y del crepúsculo.
La segunda estrofa es preciosa, de alto vuelo poético en sus dos primeros versos, para culminar con gran dulzura:
'Ven y bésame en los efluvios de la noche,
abrázame en la encrucijada de dos astros
duerme, niña, duerme
en la clausura de estos brazos que se cierran,
como pétalos, en el claustro bondadoso de tu pecho.'
El cierre me inspiró calidez, la calidez de la inocencia que sólo existe en el amor puro.
Mi admiración, toda.
Todo el amor hecho ternura...el deseo hecho ternura, la propia ternura...del impecable amor...
Maravilla que no claudique ante nada todo cuanto el amor sucede en ti.
Siempre una maravilla leerte.
Esencia.
Publicar un comentario