may
09

Cegado, tú, vuelves bruma mi pelo.
‘Sólo tu amor se parece al mío’, Sara Álvarez
‘Sólo tu amor se parece al mío’, Sara Álvarez
Todo empieza con un zureo torcaz
o una caricia levantisca en la orilla de los muslos.
El pulso se acelera, el vientre se contrae,
los ojos cintilan y solfean las pestañas
como golondrinas un domingo de carnaval.
Pronto una soflama enardece la oratoria
de los cuerpos desnudos y abrigados
por la noche celestina. Enhiestas,
las lenguas tiemblan como gelatina
en la arquitectura orgánica del beso,
con la sismología de las pieles
zurcidas de sal y sol.
El cabello se hace bruma, y abruma
su fosca espesura de manglar.
Una tersa brisa perla de rocío
el cuello ambarino del heliotropo.
Un pie se eleva en el aire,
otro se abate, distante,
y pronto el beso deviene remolino de agua,
como la cabriola o la pirueta inverosímil de un
..............l......................o......................v
.......t..........e...........s..........s..........e
o.......................u.......................r
que redime la cadencia del poema.
Entonces, y sólo entonces,
los amantes pueden escandir sílabas
en los ríos de la mano
y domeñar el relámpago de su desnudez.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.