Blog poesía La luz de tu Faro

En memoria de Sara Álvarez, con Amor, devoción y ternura infinitas. Absorbí tu esencia, y ahora vives en mi poesía. Te devuelvo la vida con mis versos.

sábado, 4 de mayo de 2013

Jeanne Hébuterne














Me dijo que se llamaba Sara, o quizás Raquel, no lo recuerdo bien, pero para mí siempre fue Jeanne Hébuterne, la muchacha de los ojos tristes, la del cabello lacio y el flequillo inconsolable. Su voz se recostaba en mis cendales como un desnudo de Modigliani; temperamental, lasciva y esplendente Costa Azul. Y me miraba con esos ojos esmerilados, opalescentes, torpemente dibujados, como recortados en papel maché. (Me miraba de soslayo.) La mirada utópica, antojadiza, disoluta y vagamente enajenada, tan parecida y tan distinta a la de la condesa de Noailles reclinada en la otomana, tal como la pintó Zuloaga. La pamela cayéndole por las sienes y el dedo índice insinuando la boca, como invitando al silencio –un silencio claustral– o a un sueño nonato –un sueño fetal–, de mariposa nocturna. En su mirada, la dicotomía de todos los barcos. El mascarón envarado, de tajamar. Las olas cardinales. La zozobra temulenta. El flote y el hundimiento. Y saltó por la ventana como un pájaro al que le hubieran arrancado del canto las alas. Y saltó por la ventana como Jeanne Hébuterne. Embarazada de nueve meses saltó. Con el hijo dentro, saltó. El hijo muerto en sus entrañas aún vivas. Y saltó. Sin vacilar. Sin mirar atrás. Acaso oteando un horizonte promisorio; acaso buscando la última pincelada del día que acababa de abortar. O la mano siempre generosa del adiós. "Compañera devota hasta el sacrificio extremo". Y embriagada de locura, se repetía, mientras volaba próxima a la luz: siempre nos quedará un bonito epitafio en Père-Lachaise.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

1 comentarios:

Ío
4 de mayo de 2013, 13:44


Me llama la atención el brusco cambio que haces en la quinta línea, cuando escribes "Y saltó por la ventana como un pájaro....". Es como si hicieras dos retratos, en la primera parte la describes por fuera, en la segunda, por dentro.
Muy muy hermoso, como siempre.
Gracias, Óscar.

Ío

(nada dije en "La música del azar", también me gustó, también mucho. Gracias)

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