La muerte y la doncella (sueño)
Esta noche he soñado contigo, pero tú no querías verme. ¿Cómo puede un sueño mío invocarte y tu rostro, tu amado rostro, no aparecérseme? Todos a mi alrededor te veían, todos excepto yo. Y yo, qué remedio, a solas con mi desazón, tan triste que no sé cómo la tristeza del encantamiento no me despertaba, les preguntaba a ellos por ti, que qué hacías, que cómo estabas, si pensabas alguna vez en mí. Estaba desesperado por verte, por un gesto tuyo, una palabra, una efímera visión. Estaba, en verdad, tan ansioso y desesperado, que cualquier cosa, incluso el más impersonal de los abrazos, me habría hecho feliz. Mas nunca llegaba ese momento, y yo, claro, seguía desesperando. Creo que al final, para ganarme tu atención, te compuse una sinfonía, y en mi sueño, tan vago y nebuloso como todos los sueños, aquella música de cámara sonaba a Schubert, 'La muerte y la doncella'.
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