Tus pájaros de invierno
Y al dormir te apretarás contra mí como una perra enferma.
Jaime Gil de Biedma
Como un lobo solitario que se atrinchera
en la estepa o el maullido triste de un gato,
yo te amé. Como una luz que nunca cicatriza
o un relámpago al que arrancaran uno a uno
los pétalos o una astilla clavada en la córnea.
Yo te amé. Y no hubo oración más fervorosa
que mis manos a las tuyas sosteniendo
o el aliento usurpado a cualquier muerte.
Años después dejó de helar en mi país
de nieves perpetuas, y mis árboles,
aquellos árboles que tú plantaste
con uñas hábiles de tierra
en áridos umbrales, extrañaron
el frío calor de tus pájaros de invierno.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
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