Blog poesía La luz de tu Faro

En memoria de Sara Álvarez, con Amor, devoción y ternura infinitas. Absorbí tu esencia, y ahora vives en mi poesía. Te devuelvo la vida con mis versos.

lunes, 15 de agosto de 2011

De lo efímero y de lo bello


Mariposa chupaleches (Iphiclides Podalirius)


La luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo, y tú has brillado mucho.
Blade Runner


Estaba yo absorto
contemplando la vasta herida del océano,
de un azul prístino que lacera el corazón por su indómita belleza,
y como hipnotizado por el oráculo del sol
que hierve el agua de nuncios y bruñe las olas de aljófar,
cuando una mariposa vestida de colores otoñales
–gran ocelo azul veteado de rojo, amarillo y negro–,
pasó junto a mí como una saeta estival
–¡oh, milagro cotidiano!, ¡oh, accidente feliz!–
agitando juguetonamente su graciosa cola de golondrina
para posarse sobre una flor de hinojo,
a los pies del faro.

Mientras ella libaba tranquilamente
el néctar de las umbelas,
por completo ajena a mi presencia,
y como llamado a recordar para siempre aquel momento,
saqué la cámara e inmortalicé lo efímero
–¿qué hay más efímero, más fugaz y más bello,
qué representa mejor el cambio en la naturaleza
que una mariposa?–
y aprehendí el cambio en pleno vuelo.

Y si no me acerqué más
fue por temor a espantarla
con mis torpes movimientos,
pues la belleza,
siempre frágil y huidiza, como la felicidad,
se admira de lejos.
–y lo que no alcanza la mirada, póngalo la imaginación–
Así pues, mientras buscaba el encuadre,
contuve el aliento.

Luego de unos segundos –segundos eternos–,
en los que pareció posar para mí,
indolente, liviana, ufana
como quien se sabe hermosa y admirada,
sin siquiera batir las alas en un trémulo aleteo,
como congelada en el tiempo,
la mariposa levantó el vuelo
– y quién sabe hacia qué reinos de vida vegetal,
cromática y luminosa voló,
para finalmente inmolarse en un ágape de colores,
para perpetuar el sacrificio de todo lo bello–
.

Y pensé:
¡Ay, mariposa, cuán bella y rozagante eres!,
tan bella como breve es el placer de disfrutarte;
duras lo que dura una estación,
vives desde que sale hasta que se pone el sol,
un día en la vida de un hombre, no más;
y si fueras más longeva,
acaso no te adornarían tantos colores,
y serías monocroma,
como nosotros, los hombres.

Y a continuación me pregunté, intrigado:
¿No serás la misma mariposa todos los veranos,
todas las estaciones?

Y con esta reflexión proseguí mi camino,
descendiendo por la ruta pedregosa
que conduce a la playa de Rodas.

El verano ya ha pasado para los dos,
me digo ahora.
Algún día nos encontraremos
en la senda de lo bello.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

6 comentarios:

Gloria Reyna
15 de agosto de 2011, 21:38

Amar intensamente lo efímero y bello. Tal vez sea esa fugacidad de vida la que nos hace, en su ausencia, revivirla y amarla intensamente ..
Sea de una forma u otra, se vivió, se disfrutó, valió la pena.
Un abrazo y mil gracias por tu último comentario aunque he echado de menos un "pero", juis

Marisol
16 de agosto de 2011, 1:46

Qué reflexión la de hoy, la cita es el preámbulo perfecto.
Tal vez sí, las mariposas no tendrían tantos colores si vivieran más, o la intensidad del brillo de una vida, la desgasta con más presteza.
La descripción del paisaje es preciosa:
'contemplando la vasta herida del océano,
de un azul prístino que lacera el corazón por su indómita belleza, '
'agitando juguetonamente su graciosa cola de golondrina '
Luego la filosofía en la poesía:
'saqué la cámara e inmortalicé lo efímero '
'y aprehendí el cambio en pleno vuelo.'
'pues la belleza, siempre frágil y huidiza,
como la felicidad, se admira de lejos.'
Un abrazo.

Liz Flores
16 de agosto de 2011, 3:47

El gran privilegio que tenemos todos es poder amar, ya sea aquello que trasciende o lo efímero. Al final ambas situaciones nos alcanzan una realidad viva que la percibe el alma y nos dimensiona sendas paralelas donde la belleza se impone.

Le doy mucho crédito a este pensamiento tuyo:
"–¿qué hay más efímero, más fugaz y más bello,
qué representa mejor el cambio en la naturaleza
que una mariposa?– " Sí que son bellas las mariposas, no sólo porque parecen flores voladoras, sino por el hecho de ser la perfecta fusión entre fragilidad y vigor.

Todo el poema deja en los sentidos una sensación de sumiso vuelo y hay tantos versos de prístina belleza que fácil se imagina una esa inocente imagen de querer capturar, inmortalizar a esa mariposa, y a ese lapso, en una fotografía.

Me encantó esto:
"una mariposa vestida de colores otoñales
.../pasó junto a mí como una saeta estival
–¡oh, milagro cotidiano!, ¡oh, accidente feliz!– "
Bendita aquella mariposa que se convierte en 'milagro cotidiano' en 'accidente infeliz'

"¿No serás la misma mariposa todos los veranos,
todas las estaciones?" Esa sensación viene luego de reconocer algo vivido frente a nosotros.

El cierre es muy hermoso y lleno de luz:
"El verano ya ha pasado para los dos.../
Algún día nos encontraremos
en la senda de lo bello."

Este poema pasa a formar parte de mis consentidos. Es como rocío fresco para el alma. La canción está muy linda también. No conocía esa especia de mariposa, es realmente preciosa.

Un fuerte abrazo, Óscar.

lauviah
16 de agosto de 2011, 10:55

Que momento mágico ,
llenos de esas conclusiones que traspasan la razón,
pero que sin embargo son tan razonables en ese espacio de tiempo congelado el reloj,,,,, ese momento de alas de un perfecto vuelo.

Mi pasión la fotografía ,,,
entonces una misma mariposa y un mismo no tiempo compartido, me izo entender que ese sentimiento jamás lo retrataría una foto ,,y los ángulos de todo lo que ahora veo se quedan retratados en mi mente y en esos pequeños despertares en ,, mi corazón,, pues no hay mas allá ,, pero ,,, esta todo.

Me ha encantado ,,,, hoy me has llevado a ese momento ,,puedo sentir hasta la
Caricia del viento y la sonrisa de apreciar ese regalo .

un saludo

Tatiana Aguilera
16 de agosto de 2011, 13:52

¿Puede existir algo más efímero que la vida misma?, quién sabe de tiempos largos o cortos, quién sabe si esa mariposa está dotada para vivir lo que necesita, cuando nosotros llegamos a este mundo a cumplir nuestro papel por esquivos minutos. Cada día que avanzo en esta vida, me convenzo que la existencia es más corta de lo imaginado, que arribamos con la cantidad de amaneceres contados, limitados, y que no debemos perder el tiempo en intrascendencias. La mariposa es sabia, ella vive todo en un día, ama, copula, vuela, se alimenta, y se duerme sabiendo que hizo todo lo que en su vida estaba escrito.
Un abrazo Óscar.

Isabel Moncayo Moreno
17 de agosto de 2011, 14:49

Decir que me parece uno de los poemas con más sensibilidad descrito que te he leído sería arriesgado, pues es una máxima en tu poesía, pero es lo que tengo que destacar, pues ese instante que has capturado me parece de una sensibilidad prodigiosa y más el saber trasmitirlo como lo haces, ha sido hermoso deslizarse por esta belleza de poema que ya no será efímero

Un abrazo, Óscar

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