Blog poesía La luz de tu Faro

En memoria de Sara Álvarez, con Amor, devoción y ternura infinitas. Absorbí tu esencia, y ahora vives en mi poesía. Te devuelvo la vida con mis versos.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Las luces han muerto












Incluso los relojes parados dan dos veces al día la hora exacta.
Proverbio

Ahora que las luces han muerto de ayuno
y la oscuridad es tan sólo una bombilla ciega
o un filamento roto, un fleco indefinido
e indefinible del sueño,
presiento una voz avezada al otro lado
del espejo que alienta tu nombre.

Tú me miras en el 13;
yo te miro en el 31,
y ¡carambola!
Nuestras miradas chocan
como bolas de billar
en la tronera.

Y me dirás:
No hay más vida en estos ojos
que un diluvio de versos.

Y te diré:
Cómo olvidar el tacto amable de sus muslos,
su húmido gineceo,
sus ojos lacustres,
su cabello meduseo,
el rebalaje de su lengua
–aquel ir y venir incesante de besos–
y su boca de sirope de fresa.

La tristeza tiene voz de alcancía
o hucha rota, de semáforo
intermitente o lluvia ambarina.

Somos dos líneas paralelas
que siempre van juntas
y nunca se tocan.
Somos dos círculos concéntricos
anillados a un mismo tronco,
la raíz cuadrada de un bolero.

No tiene pies el tiempo para echarme una carrera.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

6 comentarios:

lichazul
16 de noviembre de 2011, 13:48

me encanto el juego de imagenes que poseciona el tiempo
paralelos a morir

abrazos y felicitaciones

Cita Franco
16 de noviembre de 2011, 14:11

Que bonito, Óscar... ains...

Después del final no hay fin. Aun con la luz muerta hay señales de vida, o al menos, de memoria. Que la memoria no muere, no se apaga, quizá se deteriore o se pierda. Pero no muere.
Besos
Cita

Gloria Reyna
16 de noviembre de 2011, 18:05

Si, querido amigo, a pesar de todo seguimos en pie.
Bello poema con un final de lujo.
Cariños

Tatiana Aguilera
16 de noviembre de 2011, 19:42

"La tristeza tiene voz de alcancía o hucha rota"...Todo el poema es una delicia Óscar; pero mis ojos se detuvieron en este verso, por su exquisita originalidad. De verdad, la tristeza tiene una voz opaca, ronca, como el sonido lejano, oscuro de una alcancía.
Un abrazo maestro

Ío
17 de noviembre de 2011, 10:54

Quizás me quede con la primera estrofa, aunque todo el poema me ha gustado mucho.
El último verso me parece el más hermoso de todos.
Te felicito, Óscar
Saludos

Ío

Marisol
20 de noviembre de 2011, 22:47

La imagen ya es bastante descriptiva, pero el poema, qué te digo, lleno de imágenes estremecedoras.
Me gustó esa "voz avezada"

El diálogo que inventas, es de un lenguaje lírico que embelesa. Romántico y dulce, enamorado y sensual.
Hacia el final, el poema se lee tal vez más enamorado aún, porque ama en la imposibilidad de esas dos líneas paralelas
"que siempre van juntas
y nunca se tocan."
Y se sabe enamorado para siempre como para siempre están unidos
"dos círculos concéntricos
anillados a un mismo tronco"

Precioso.

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