Tuyo para siempre
Y las cenizas se elevaron de la tierra
como hombres sin fe.
Renunciaría al silencio por verte en la palabra,
quemaría todos mis poemas
para encender una fogata en tus labios
y arder como la paja en el fuego.
Nos besamos a espaldas del viento,
con el mar rugiendo en nuestros oídos
–¿o era el galopar de nuestros corazones?–,
mientras el otoño despeinaba las hojas de los árboles
con su rastrillo carmesí.
¿Cuándo volveré a contemplar otro amanecer
en la miscelánea pudorosa de tus ojos
desnudo como un médano?
El amor es un gameto pagado de sí mismo,
la venustez de la perla en el ombligo
o una astilla de luz que se te clava en la nostalgia.
–el amor es también, a veces, una habitación silenciosa de Hammershoi–
Te doy el mar en una lágrima.
Te doy en un beso el olvido.
Bébela,
bésame
y seré tuyo
para siempre.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
5 comentarios:
Buf, sin palabras, casi me haces llorar de la emoción.
Un abrazo
Sin lugar a dudas, es el poema que más me ha emocionado. Escrito con de un romanticismo profundo y sereno, y sobretodo redactado con el alma. Te felicito maestro.
Un abrazo Óscar.
Qué bueno cuando en un poema se palpa y contagia la emoción, como bien dicen Gloria y Taty, sí, es un poema conmovedor, toda una declaración de amor, la segunda y tercera estrofa me parecen sumamente hermosas, sin desmerecer el resto del poema que me ha cautivado y también emocionado los sentidos y el alma.
Un verdadero placer, Óscar, abrazos.
Bello, intenso y magistral poema. Un lujo leerte.
Tu poema expresa con lirismo magistral la necesidad que solo el amor hace sentir.
Una ausencia que sobrepasa los límites de tu propia humanidad.
Tu poesía es preciosa, pero nos recuerdas que ella no sólo es tu poesía, es más:
"quemaría todos mis poemas
para encender una fogata en tus labios"
También me gustó de manera especial
"el galopar de nuestros corazones"
No conocía la palabra "Venustez", pero este verso, le hada dado venustez al poema
"la venustez de la perla en el ombligo"
Hacia el final, también me gustó este verso:
"o una astilla de luz que se te clava en la nostalgia"
Y el cierre me hizo imaginar tus lágrimas de Leteo:
"Te doy el mar en una lágrima.
Te doy en un beso el olvido.
Bébela,
bésame
y seré tuyo
para siempre"
Precioso.
Un abrazo.
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