Blog poesía La luz de tu Faro

En memoria de Sara Álvarez, con Amor, devoción y ternura infinitas. Absorbí tu esencia, y ahora vives en mi poesía. Te devuelvo la vida con mis versos.

viernes, 21 de mayo de 2010

Sólo tus ojos


Una lágrima tiembla –nube temulenta–
en el oscuro celaje de los párpados,
y la cara refulge como un adamante de fría escarcha.

Dime, ¿qué ojos pueden sesgar el horizonte con el ónice de la mirada?
Sólo tus ojos –esos ojos donde cabe la noche entera, y su cortejo de estrellas–
podrían recamar la luna con estambre de plata.

Cómo no suspirar con la estadía del beso en la nuca,
si tus labios prenden fuego a la mecha de mis sueños.

Te abrazo con la brisa marina
–que enreda corales en el pelo–,
y te escudas en mi pecho como un águila explayada.

El mar llora tu muerte,
y las olas son los brazos de la tempestad
que te elevan a mí en su trono de agua.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

7 comentarios:

Isabel Moncayo Moreno
21 de mayo de 2010, 17:11

Cómo te gusta Waterhouse y a mí verlo ilustrando tus poemas.

Cuánta ternura enla segunda estrofa, y cuánto deseo en la tercera, cuánta nostalgia en los dos que le siguen, y qué descriptiva la primera que se ve esa lágrima (nube temulante) y apetece poner el dedito para detenerla...

Ya no sé qué decir de tus poemas, estimado Óscar, a veces me quedo sin palabras o ya las he usado todas, eres grande.

Mi abrazo..

MPADN
22 de mayo de 2010, 1:29

Realmente precioso tu poema, dejas en él, unas metáforas que dibujan imágenes en la mente del lector de tristeza, de amor y romanticismo.
Muy hermosas estas palabras

–que enreda corales en el pelo–

entre otras que componen tu bello poema.

Un abrazo, Óscar.

Liz Flores
22 de mayo de 2010, 3:23

Recuerdo que una vez me dijiste que si un poema iniciaba con una pintura de Waterhouse a fuerza tenía que ser bello, en tu poesía se materializan tus propias palabras. Me pasa lo que a Isabel, a son de parecer repetitiva no sé qué más decir de tus poemas, que me gustan, que tus metáforas me calan, me elevan, me hacen llorar, suspirar, callar... es una dulce adicción.

Me quedo con estos versos:
"Una lágrima tiembla –nube temulenta–
en el oscuro celaje de los párpados"

"Sólo tus ojos –esos ojos donde cabe la noche entera, y su cortejo de estrellas–"

Y esta estrofa:
"Te abrazo con la brisa marina
–que enreda corales en el pelo–,
y te escudas en mi pecho como un águila explayada."

El placer de venir a leerte es mío, Óscar.
Un abrazo.

Marisol
22 de mayo de 2010, 4:34

Hay en tus poemas una nostalgia profunda, y un amor impertérrito. El romanticismo de tu poesía, se dibuja claramente en interesantes metáforas y es que es imposible leerte sin imaginar tus versos o sin sentir dolor.
Liz ya ha señalado unos versos, pero me gustaría añadir éstos:
' no suspirar con la estadía del beso en la nuca,
si tus labios prenden fuego a la mecha de mis sueños.'

Un abrazo.

Clara Schoenborn
22 de mayo de 2010, 13:08

Siempre que te leo, me quedo extasiada por el vocabulario que utilizas en algunos de tus versos y me voy complacida de nuestro idioma, feliz, satisfecha, de su riqueza y de su sonoridad. Gracias por abrirnos esas ventanitas mágicas desde donde toda esto se puede apreciar. Un abrazo fuerte Óscar.

lunilla
23 de mayo de 2010, 22:10

Oscar, te sigo leyendo, admiro tu poesía, tiene lágrimas, sonrisas, sueños, ternura, que hacen de ella, una verdadera plegaria.
un abrazo!
Blue

Yoko-Tomoto
25 de mayo de 2010, 17:51

Es loable ese amor incondicional que fluyen en vuestros versos hacia vuestra dama Sara, quien a su vez os envuelve en esperanza, en ilusión al recordar el candor de su amor, la compañía de su pluma.

Se comprende y se siente la melancolía de vuestros versos al definirla en ausencia, en deseo al recordarla.

Un fuerte abrazo
Vuestra Alejandra

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