Blog poesía La luz de tu Faro

En memoria de Sara Álvarez, con Amor, devoción y ternura infinitas. Absorbí tu esencia, y ahora vives en mi poesía. Te devuelvo la vida con mis versos.

sábado, 10 de julio de 2010

Nunca muere el amor


Este verano no trae calor a mi pecho,
es de escarcha su aliento tumulario
y me carcome el frío de tus huesos.

Quiero eternizarte en cada pausa de mi poesía,
en cada silencio amante,
en los márgenes de la voz,
en la acotación de nuestros pálpitos,
en los escolios de los suspiros que escribí sobre tu espalda.

No hay versos suficientes
ni suficientemente hermosos
para devolverte todo lo que me diste.

Se descarriló tu corazón por las estrechas vías de la vida
y el cielo se desplomó como un latido en catenaria.

Aún no sé si moriste tú, o si morí yo, o si hemos muerto los dos,
pero aunque mueran los amantes, nunca muere el amor. Los colores
de una pintura no se desvanecen aunque muera el pintor.

Me miraste con el lacónico silencio de los párpados que abdicaron del sol,
y yo cerré los ojos a la alquimia del verso.
No somos inmortales, pero morimos como dioses.
Rodamos como lágrimas de un dios olvidado
por la pronunciada mejilla del universo.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

9 comentarios:

Clara Schoenborn
10 de julio de 2010, 18:02

Me sumergí por la corriente dolorosa y nostálgica de este poema y me deleité con ese bellísimo párrafo final que me elevó por las atmósferas del pensamiento. Un abrazo Óscar.

Marisol
10 de julio de 2010, 18:21

Leerte hoy, es como una lenta agonía, un caminar desolado, donde el poeta consciente de su realidad, se interna en sus más profundos pensamientos, y es por eso que hacia el final, hay tanta lucidez como dolor, y deslumbra.
'Me miraste con el lacónico silencio de los párpados que abdicaron del sol,
y yo cerré los ojos a la alquimia del verso.
No somos inmortales, pero morimos como dioses.
Rodamos como lágrimas de un dios olvidado
por la pronunciada mejilla del universo.'
No está demás destacar tu facilidad para componer imágenes tan devastadoras, como hermosas.
Un gran abrazo.

NVBallesteros
10 de julio de 2010, 19:41

Camino en tus versos sin saber si estoy viva o muerta, es tan doloroso que no puede haber otra forma de sentir que sólo estando vivo....

Besos

Isabel Moncayo Moreno
11 de julio de 2010, 21:38

Los amantes de Teruel, cómo no, estimado Óscar, con las manos enlazadas eternamente.

Siempre tu amor por Sara estará en tí, pero tú estás vivo, y tienes que seguir, es ley de vida, és un poema con tu acento de tristeza innegable, me encanta, no sé por qué me gustan tanto los poemas tristes, aunque sigo prefiriendo los de amor, pero es que en los tuyos van unidos ambos elementos.

Un abrazo Óscar

Lisset Vázquez Meizoso
12 de julio de 2010, 8:02

"Aún no sé si moriste tú, o si morí yo, o si hemos muerto los dos,
pero aunque mueran los amantes, nunca muere el amor. Los colores
de una pintura no se desvanecen aunque muera el pintor." me quedo con esta parte, Óscar, me quedo contigo, tu tristeza y tu gran amor. Un fuerte abrazo, amigo.

Patricia 333
13 de julio de 2010, 19:07

Rodamos como lágrimas de un dios olvidado
por la pronunciada mejilla del universo.

Oscar cuanta Razon tienes

Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄ƷƸ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄ƷƸ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ

Patricia 333
14 de julio de 2010, 17:29

Gracias Oscar por tu comentario ,Hoy no son lagrimas de alegria ... Hoy lloro por mi gente
por todos esos miles de Mexicanos que perdieron
TODO , mi Ciudad esta destruida es tanta la Tristeza que me invade , lo que tu vez en las fotos no es nada las cosas estan muy serias por aca

Un abrazo desde mi Mexico
Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄ƷƸ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄ƷƸ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ

Anónimo dijo...
19 de julio de 2010, 18:40

El amor verdadero, nunca muere.
Siempre dije que dejaré de amar el día que alguien dibuje el sonido de una lágrima al caer...
Saludos

Liz Flores
22 de agosto de 2010, 17:16

La imagen y el contexto de esta poesía me hacen pensar en mis padres, el ejemplo de amor eterno que puedo palpar y admirar. Dichosos los amantes que envejecen juntos y que aprendieron a amarse con el alma y volverse un sólo ser que explota de sentimiento al roce de las manos.

Bello poema.
Un abrazo, Óscar.

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