Blog poesía La luz de tu Faro

En memoria de Sara Álvarez, con Amor, devoción y ternura infinitas. Absorbí tu esencia, y ahora vives en mi poesía. Te devuelvo la vida con mis versos.

viernes, 2 de julio de 2010

Nuestros nombres (dueto Sara A. y Óscar B.)





Naciste antes de que los árboles cantaran nanas al viento,
cuando noviembre cubría rojizos paseos
y cabrilleaba penachos de espuma en el ríspido mar,
desnuda e infinita como la mordedura encarnada del horizonte.

Hoy los colores tiritan en el albero de tus ojos
como pinceladas en las esquinas de los atardeceres.
Tu nombre, a veces, no me cabe en la tierra
cuando la prim–ave–ra extiende sus alas
para estallar la fragancia del pétalo.

Pueblas los labios míos, centro y latido de agua,
y tejes mis sueños con hilos de plata
creando compases de arroyos cálidos.

Quiero peinar el viento en tus pestañas
para que resumas mi esencia con tus manos de hiedra.

Corre una lágrima apócrifa por la mejilla iridiscente de la luna,
y en un temblor de lluvia, me desnuda
el cosquilleo de la pluma que eriza el alfabeto de mi piel.

Te debates como un rayo de luz en la celosía de mis dedos
y late la noche en mi vientre y es tu misterio
despertando el sortilegio del sueño
en la botánica del lóbulo que alumbra.

Hoy te abrazaré como si no hubiera más tiempo que tus ojos
mientras los párpados danzan su lenguaje universal
y tiemblas como una gota de rocío en mis brazos.

Si tan sólo pudiera tatuar dragones con mi lengua en tu espalda
y parpadear pétalos de amor
en tu nuca de rocío en celo.
Como el aliento misterioso de una loba, te amo.

Tú, Eres:
la fertilidad de mis ojos atrincherados,
el cometa que ilumina fugazmente mi cielo nocturno,
el sigilo que acurruca mi piel para hacerla tálamo,
el canto del arpa que un día fue cisne,
el dragón que siembra albores bajo mi vientre de lluvia.

Abrevo de tu boca fértil,
y vistiéndome los labios de silencio
en la madrugada de tus hombros
una dócil brisa se amotina
con la inmanencia del beso en la nuca.

Somos lo insurrecto de los cuerpos,
el célibe silencio de los ojos
que vierte nidales en la redondez del ombligo.

Ciérrame los ojos con tu noche de luciérnaga en celo
y abre los límites de mi cuerpo
con el arreglo floral de tus pestañas.

Suena una balada trémula.
Tu voz en mi oído desnuda arrabales de fuego.
Todo huele a acacia después del orgasmo.

Renáceme en tu cuerpo infinito,
sé mi péndulo retoñado
en la diáspora de un remolino de viento
donde sueño que me devuelves a la vida;
o acaso transfórmame, hazme sentir cometa.

...........Y la noche entera se abrió como un crisantemo
...........crepitando orgasmos como hojarasca seca de otoño.
...........Y yo quise dormir en su cuello místico,
...........y nos bebíamos como bocas llenas de lluvia,
...........y fui espiga de trigo en el almiar de sus muslos.

No concibo otra victoria que la rendición de tu nombre en mi boca,
avivar este contraluz que te nombra
y ser el temblor que muerda tus miedos y tus labios.

Si fuera un sueño, dime, ¿cómo puedes vivir en mis ojos?

Llevo tu nombre grabado en la corteza de mi soledad
para que tu amor me exista como la vida.
Serás Amado, mi Amador perfecto.

Verde
- voz Sara Álvarez
Azul
- voz Óscar Bartolomé


© Sara Álvarez C. y Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

9 comentarios:

lunilla
2 de julio de 2010, 22:57

Hola Oscar, agradezco tus comentarios, y también tu apreciacion a mi escrito (os), siempre es bueno tener ese ojo avisor, que nos lee desde más allá,dejando esa nota que nos invita a mejorar en cada línea,.

Súblime dueto!
un abrazo
Blue

Lisset Vázquez Meizoso
3 de julio de 2010, 11:14

"donde sueño que me devuelves a la vida;
o acaso transfórmame, hazme sentir cometa." Me encanta que la devuelvas constantemente a la vida con tu poesía. Gracias por este dueto atrincherado en esos maravillosos recuerdos. Un abrazo.

Liz Flores
3 de julio de 2010, 23:34

"Te debates como un rayo de luz en la celosía de mis dedos
y late la noche en mi vientre y es tu misterio"

"Tú, Eres:
el cometa que ilumina fugazmente mi cielo nocturno,
el sigilo que acurruca mi piel para hacerla tálamo,
el canto del arpa que un día fue cisne,"

"Ciérrame los ojos con tu noche de luciérnaga en celo
y abre los límites de mi cuerpo
con el arreglo floral de tus pestañas."

"Y la noche entera se abrió como un crisantemo
crepitando orgasmos como hojarasca seca de otoño.

No concibo otra victoria que la rendición de tu nombre en mi boca,"

"Si fuera un sueño, dime, ¿cómo puedes vivir en mis ojos?

Llevo tu nombre grabado en la corteza de mi soledad
para que tu amor me exista como la vida."

Es hermoso este dueto que has creado con ambas poesías, versos muy íntimos que son fiel testimonio de ese amor que vivió y vive entre ustedes. Me quedo con esas líneas que me han gustado mucho y aunque ya las había leído no me canso de destacar. Mérito aparte el tiempo que te has tomado en casar los versos. Sublime.

Un abrazo.

lunilla
4 de julio de 2010, 18:48

Gracias Oscar..por tus apreciaciones..pero esta vez...por error salió a la luz un poema inconcluso ,que tenía a media terminar,en borrador el blog, hay que pena, penita mia,un abrazo!
Blue

su
5 de julio de 2010, 17:50

Precioso Óscar, yo también llevo un nombre grabado en la corteza de mi soledad...será el tiempo el que se encargue de gastarlo o erosionarlo...pero aún así, siempre estará en el recuerdo.

Un abrazo

Isabel Moncayo Moreno
6 de julio de 2010, 16:05

Espléndida fusión Óscar, has sabido hilvanar magistralmente la poesía de Sara con la tuya, creo que alguna vez te he dicho que sus versos eróticos me encantan, su apasionada fuerza, directa, vibrante, emocional. No me cabe duda de que ella vive en ti, así como su poesía.

Mi enhorabuena por esta pieza de magistral belleza para los sentidos.

Un fuerte abrazo, Óscar

Isabel Moncayo Moreno
6 de julio de 2010, 16:21

no salen mis comentarios, no sé si es que has cambiado el formato y salen cuando des tu aprobación o qué pasa, éste es un intento para cerciorarme, un saludo Óscar

Marisol
6 de julio de 2010, 18:41

Qué te digo ahora, si me has dejado sin palabras. Elegiste los mejores versos que se han dedicado el uno al otro y has compuesto una obra maestra. Si bien tu poesía ya se me antojaba espléndida, y la de Sara no menos que la tuya, ahora, juntos pues son un torbellino. Un amor con respuesta.
La comunión de este dueto es, yo creo, insuperable, son versos escritos en otros poemas, pero para el mismo, el amor.
Sublime, rutilante, y podría continuar con los adjetivos, que me parecen cortos.
Algunos versos son la fusión perfecta de ambos, como en 'el cosquilleo de la pluma que eriza el alfabeto de mi piel.'
Otros están tan empapados en el otro que podría confundirse el autor, como en 'y tiemblas como una gota de rocío en mis brazos'.
Y otros por su parte están completamente integrados, como si hubiesen sido escritos para el verso que les sucede:
'Llevo tu nombre grabado en la corteza de mi soledad
para que tu amor me exista como la vida'
Me ha resultado fascinante, la conjunción de metáforas, de imágenes, de dulzura, seducción, pasión, ternura, y en fin, amor.
Tampoco puedo dejar pasar esta estrofa:
'Tú, Eres:
la fertilidad de mis ojos atrincherados,
el cometa que ilumina fugazmente mi cielo nocturno,
el sigilo que acurruca mi piel para hacerla tálamo,
el canto del arpa que un día fue cisne,
el dragón que siembra albores bajo mi vientre de lluvia.'
Donde la enumeración con polisíndeton parece haber sido escrita con ese fin.
No te destaco más versos, porque todos me parecen que imprimen un valor a esta poesía.
Mi admiración.

Yoko-Tomoto
7 de julio de 2010, 7:35

Sonrío, es una declaración de amor entre dos amantes que se consolidan en una sola lírica. Son tan estilizados, que son uno el complemento del otro. Eso es a lo que yo reconozco como amor.
Cuando las ideas, lo sentimientos y las razones se conjugan sin distinción entre uno u otro.

Reconozco algunos de los versos de vuestra dama ya antes haberos leído, sin embargo son tan armoniosos que se pierde la distinción entre el azul y verde.

Hermoso, sobre todo el final.. la conclusión de ella es justa y precisa para vuestro amor.

Lamento llegar tarde a comentar. Sonrío me sucede algo parecido a mi bella Isabel.

Con mucho aprecio y admiración
Vuestra Alejandra

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