Blog poesía La luz de tu Faro

En memoria de Sara Álvarez, con Amor, devoción y ternura infinitas. Absorbí tu esencia, y ahora vives en mi poesía. Te devuelvo la vida con mis versos.

sábado, 10 de octubre de 2009

El espíritu de la primavera


Caminas con pies descalzos sobre la hierba,
y en tus cabellos, ornados de flores,
ondea el espíritu de la primavera.

No temes el rasguño de la rosa
ni el filo de la piedra,
pues tu piel sabe de cortes y espinas
y tu alma es un búcaro
donde trepa la madreselva.

Un jardín florece bajo tus pies
salpicando de vida la tierra,
y a cada paso que das,
como un brochazo de color,
el bosque se engalana de ribetes violetas.

Arrebolada doncella que paseas con vaporoso donaire
y prestancia etérea,
la falda plisada por la cítara del viento,
al tejer una guirnalda con dedos hábiles
el Céfiro corona tu frente de festones y diademas
y en tu candor, sonríes con botánica terneza.

En un cesto de mimbre,
colgado del brazo,
recoges los primeros brotes de la floresta.

Flota en el aire un perfume a amor e inocencia.

Como una Ayalga que trenza su larga melena
junto a un arroyo de aguas canoras,
bajas silbando por la ladera;
en los labios, una alegre melodía;
en las manos, las flores más bellas.

Los tallos se ciñen a tus dedos
con un ramillete de promesas,
y las corolas te abren sus pétalos
para que libes su rocío y su néctar.

Excitada y con el pecho rebosante de amor
–tal que pareciera blandirse el follaje de tu corazón en infinitos arabescos–,
te dejas caer sobre un lecho de azucenas,
y en el estambre del sueño,
entre gorjeos sonorosos,
cierras los ojos
y enmudece la corneja.

Una mariposa se te posa en la frente,
pero estás tan dormida que ni aun parpadeas.
Ahora la mariposa es un trébol de cuatro hojas,
una por cada oruga de seda que, en el acimut de la fantasía,
brillará como la crisálida de una estrella.
Lo tomo y lo prendo de tu oreja,
cual presea.

Descansa, mi Reina de Mayo.
Descansa, mi flor más bella.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

3 comentarios:

Marisol
12 de octubre de 2009, 6:45

Es un poema que desborda luz, ternura y amor. La naturaleza de nuevo confabula en tus versos para lograr una primavera multicolor.
Las imágenes son transparentes y cálidas. Me alegraron el día.
La 'botánica terneza' me la guardo, si me lo permites.
Un abrazo infinito.

Anónimo dijo...
12 de octubre de 2009, 19:59

hola me llamo TIPEX, y nos gustaria que participaras en nuestro blog, para promocionar blog que como el tuyo queremos dar a conocer,creemos que te gustara, las reglas las encontraras en una de las entradas, un saludo

Isabel Moncayo Moreno
13 de octubre de 2009, 15:14

Espléndido poema, Óscar, me encanta esta mezcla mitológica con la naturaleza, quisiera poder destacar algún verso, pero no puedo, rebosa ternura, ensalzamiento, amor, creo, sí, creo que aún me gusta más que el de Gaia y el de aún crece el musgo que sabes que me encantan, y sí, entiendo ahora mejor que nunca el uso de las pinturas de Waterhouse, nuevamente me has emocionado hasta contener un nudo en la garganta.
Estoy segura que tu Ayalga, era poseedora de una inmensa riqueza como buena ninfa, tu amor. Me emociono, no puedo evitarlo.

Un abrazo, querido amigo.

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