El amanecer del hombre
Fuiste Mía en mil noches sin luna,
cuando Venus se abría como una hendidura grana
en el casco de Marte,
y nosotros rotábamos como gira-soles en llamas
sobre una nube de hidrógeno.
Tú y yo,
dos cuerpos celestes un(c)idos a la rueda de Ixión,
una bestia de dos espaldas y mil lenguas de fuego
gravitando como Deimos y Fobos
sin miedo en las órbitas
y eclipsando de besos el Sol.
En la supernova de astro-labios,
sembré de estrellas tu vientre sahumado
y deshojé pleonasmos en la margarita de tu boca
con ojos cauterizados por la radiación solar,
esparciendo una pléyade de pétalos por tu campo electromagnético
y floreciendo en tu núcleo como una sonda espacial,
atomizados por el rocío de la aurora.
Fuimos materia oscura en la pirotecnia del universo,
lluvia de meteoros
y halo en el vórtice de Orión.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
7 comentarios:
Precioso, Óscar, desde el título y la imagen de la Película La Fuente de la Vida, también el bello comienzo augura que todo el poema se leerá con la belleza y la estética que acostumbras, tus referencias siempre acertadas, tus versos que esparcen en realidad amor cuando mencionas a tu amada Sara.
Me encanta Óscar, me encanta venir a leerte
Un abrazo, estimado amigo.
Así cualquiera se origina. Un saludo
Es de vuestra poesía, de vuestra escritura que mi pensamiento se inspira. He visto ésta, vuestra película.
Sara es esa memoria que os mantiene cautivo en un deseo eterno que alcanza toda aquella inspiración de vuestro interno.
Ella os espera, en ese árbol de la vida, mismo cual faro a la lejanía os vislumbra.
Con aprecio
Alejandra
Hola Oscar, bonito verso, pasar por tu casa
es una pasada, te felicito.
Feliz fin de semana
RMC
Bellísimo poema Óscar, una conjugación muy bien lograda de erotismo,constelaciones y génesis, tal como debe ser el amor: Creación pura. Un abrazo.
Preciosas letras Óscar, se siente la fuerza y la emoción de este estelar baile de letras. Un abrazo,
Silvia
Las imágenes que logras en la primera estrofa, son hermosas, y es precisamente la primera estrofa la que más me gustó, aunque no pueda separarse del resto del poema, que es muy logrado:
"Fuiste Mía en mil noches sin luna,
cuando Venus se abría como una hendidura grana
en el casco de Marte,
y nosotros rotábamos como gira-soles en llamas
sobre una nube de hidrógeno."
Veo que empiezas a jugar más con los calambures, muy ingeniosos, por cierto.
También conseguiste una complicidad de la imagen, fotograma de 'The Fountain', con el poema.
Un abrazo infinito.
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