Paisaje de paraguas
En la glorieta de la aurora
hay un paisaje de paraguas pelados por el viento,
unos arrojados en papeleras,
otros azotados por la lluvia, sin clemencia,
todos ellos esculturas de varillas herrumbrosas,
–como retorcidas por las manos de un Chillida o de un Oteiza–,
diseminados al albur por las aceras
en un mar de asfalto con charcos de aro iris.
No penetra esta luz macilenta en los raídos trajes de las nubes,
y llueve cera.
Tengo un glosario de besos
prestos para el escolio de los labios.
¿Querrás leer mi crestomatía de lenguas?
Mi corazón está propincuo a la alborada del verso.
Mátame y náceme dentro.
Te espero.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
4 comentarios:
Está azotando el viento ahí también, verdad? se rompen los paraguas sí, se rompe el cielo y llueve cera,haces antología en verdad de los besos, también en tu anterior poema, me ha gustado mucho, en su ventolera, por aquí también está azotando con fuerza, por afuera y por dentro.
Un abrazo y mi admiración siempre Óscar
Te leo y me quedo flotando en un mundo nuevo. Realmente eres un gran escritor. Abrazos.
Loable este BLOG a Sara. Llegué a ti por Clara, y me quedñe leyéndote...
Me gustó tu melancolía ¿contradictorio? Tal vez
Un saludo desde este lado del mar donde no hay otoños ni primaveras ni veranos ni inviernos, sino una serie interminable de días llebnos de vida...
¡Muy bello!
Te dejo mi admiracióm.
Alejandro
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