A mil metros de profundidad
Traía agua de lluvia en la boca y un albor de oleaje
en la mirada. En sus ojos verdemar chispeaban dos albatros.
Su canto era un arpa ceremoniosa. La envolvía un halo de tristeza
que arañaba el liquen de las rocas, pero qué tersa fluía su voz.
Como la vida. Por su cabello mojado resbalaban las estrellas.
En sus manos redivivas se desbordaban los afluentes de mi Nilo.
Sus piernas me apresaban con una caricia abisal, como tentáculos
de espuma. Tan cálidas, tan receptivas. Yo ya era, para entonces,
una anguila eléctrica en el fragor de sus muslos. Nuestra piel
se parcheaba de dientes y lenguas. Lujuriosa. En su vientre perlado
me hacía marea viva. Zigzagueábamos como un banco de peces
por la traslúcida vegetación de los corales y nos explayábamos,
desnudos, con el salitre del beso. El mar amansaba nuestros gritos.
Cielo era su nombre.
La antorcha del sol chisporroteaba gaviotas
sobre la bahía. No había sombras en la espalda.
Una suave brisa arracimaba nuestros labios,
y al hundirnos no nos asustaba la oscuridad.
A mil metros de profundidad siempre es de noche,
me decía.
No sangra la nariz al respirar
si tu luz no transita verdores.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
12 comentarios:
Hermosísimo testimonio de pasión y vida Óscar.Me han gustado mucho las imágenes, la forma como las planteaste hacen que, siendo básicamente carnales, estén todo el tiempo templadas por un sentimiento vívido y deslumbrante. Me encantó. Un abrazo.
Qué fascinante, como una fábula de amor. Decirte que con esta lectura has complacido a la niña y a la mujer que me habitan. Las sirenas me encantan y la lluvia de la mano con la pasión, me transporta. Hay versos muy líricos, pero no destacaré ninguno, pues todo el poema es precioso.
Gracias por escribir tan bonito, Óscar.
Un fuerte abrazo.
Toda esta pasión solo tiene un nombre, y es el nombre de una mujer que vivirá por siempre entre tus letras. Besos.
Yo no puedo decirte nada que no sea lo que siento al leerte, que pareciera que tus palabras son una cuna para mecerme, y me mece la lluvia en su boca, el halo esmeralda de su tristeza, me mece un fondo abisal, su oscuridad plena, la mágica maravilla de tu piel bajo las mareas.
Preciosos bajo las aguas, Cielo y tú
Un beso, Óscar
Ío
Qué hermoso escrito, es lo mejor que he leído éstos últimos días, tanta pasión y tan bien descrita.
Un abrazo.
Magia eso es lo que me hacen sentir tus palabras.
Eres un sueño convertido en letras...
Precioso!
Besos
a diez mil metros siempre es de noche, pero nunca lo es si estás con la persona que amas.
un abrazo
Me resulta dificil dejar unas letras, me emociona leerte..asi de simple!
un abrazo
Blue
Cuesta trabajo respirar en medio de la oscuridad de los recuerdos....
Besos
Tienes mucho talento, Óscar. Tu voz lírica es de gran valor.
Me ha gustado mucho la delicadeza, la transparencia de esta poesía, que es casi fragilidad.
Mientras recorrí el poema, sentí el aroma a mar, la frescura de la playa, la serenidad de su azul, y sobre todo el contacto delicado de la espuma.
Las imágenes son vivas, y mágicas. Aunque he querido escoger alguna sobre las demás, se me ha hecho imposible.
Me ha emocionado.
Un gran abrazo.
el silencio dice mas que mil palabras , guardo silencio ante tan hermoso poema
Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄ƷƸ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄ƷƸ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ
Y cielo es tu poesía,Óscar, impregnada de hermoso lirismo, con metáforas hermosas a rabiar que se suceden intentando desbancar a la anterior, sin conseguirlo, pues no se sabe con cuál quedarse una, es hermoso, repito,volver a leerte.
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