Blog poesía La luz de tu Faro

En memoria de Sara Álvarez, con Amor, devoción y ternura infinitas. Absorbí tu esencia, y ahora vives en mi poesía. Te devuelvo la vida con mis versos.

viernes, 19 de marzo de 2010

Galatea


Tiré del lazo de la noche,
y su misterio cayó a mis pies como un batín de seda,
develando una piel tan tersa y nacarada
como la llama que en mis manos tiembla
y riela.

Cerré los ojos para no mancillar su pudor
de doncella virgen, sin tacha,
y rodeando el peristilo de fuego que circundaba sus pestañas
descorrí, con ademán pausado y vaporoso, cual fantasma,
los velos que ocultaban sus finos rasgos de alabastro
del buido cincel de mi mirada.

Cuando estuve tan cerca que casi pude oír
su alígero palpitar de alondra
derribada por la piedra
y tocar su vida ausente con el tibio fuego de mis yemas,
la estreché en mi pecho
estremeciéndome
del frío roce a mármol de Carrara,
y bajando la cabeza, besé sus hombros desnudos
con aliento lapidario.

Y la noche entera se abrió como un crisantemo
al soplo venturoso de mis labios,
y bebí de su cáliz
como quien bebe del pasado.

El amor es una gaviota que vuela al sur de la tristeza
por mares azulados.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

5 comentarios:

Liz Flores
19 de marzo de 2010, 15:11

¡Ay que lindo! leí tu poema, luego fui a buscar la leyenda de Galatea y me encantó, es divina la historia, historia que has encajado a la perfección en esta maravillosa obra.

Siempre es tan constructivo venir a tu sitio. No te imaginás cómo he disfrutado esta lectura.

Te aplaudo poeta.
Un fuerte abrazo.

Fausto
19 de marzo de 2010, 15:47

Me ha gustado como has pintado a tu amada de marfil en cada verso. Me han gustado mucho éstos:
"rodeando el peristilo de fuego que circundaba sus pestañas descorrí..."
"Y la noche entera se abrió como un crisantemo
al soplo venturoso de mis labios,
y bebí de su cáliz
como quien bebe del pasado."
Tienen ése toque metafórico y fantasioso que me gusta mucho.

Saludos.

Marisol
20 de marzo de 2010, 6:40

Encuentras cómo acoplar las historias a la tuya propia, tu Galatea cobró vida, vaya que sí y también te dio vida.
Tus poemas son muy descriptivos, hacen que el lector se meta mucho en la historia.
No se me ha pasado por alto el cierre
'El amor es una gaviota que vuela al sur de la tristeza
por mares azulados.'

Con esa aliteración entre 'al sur' y 'azulados'
La retórica es un pilar de tu poesía, y se te da sin ningún esfuerzo, suena libre y hasta casual.
Me encanta visitarte.

Un gran abrazo.

Silvia
20 de marzo de 2010, 15:23

Con qué precisión y maestría juegas con las palabras para compartir tus sentimientos. Leí varios de tus poemas y cada uno regala tanto... Cuídate, un abrazo, Silvia

Yoko-Tomoto
20 de marzo de 2010, 17:56

Galatea, tan blanca como la leche. Perfecta, hermosa... Es la creación de un hombre enamorado de su propia obra, de "sus finos rasgos de alabastro del buido cincel de mi mirada."

Acariciar frío mármol de un sueño es en ocasiones un alivio, un aliento en medio de la soledad. Así sucedió al rey de Chipre quien al "tocar su vida ausente con el tibio fuego de mis yemas, la estreché en mi pecho
estremeciéndome del frío roce a mármol de Carrara, y bajando la cabeza, besé sus hombros desnudos con aliento lapidario." Encuentra su consuelo.

Es hermoso Óscar, tal vez algún día Venus escuche el amor de vuestra pluma como lo hizo con el cincel de Pigmalión.

Ha sido un deleite leeros
Alejandra

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