sep
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La tristeza es esdrújula
cuando tintinean los acentos
en el ábside de la palabra,
y la lluvia pende oblicua,
torrencial, enamorada,
sobre el faro de los coches
en esta noche brumosa,
oscuramente enjalbegada.
Una serpiente de luz zigzaguea
en el arcén de tus rodillas
con escamas de plata.
Abres los ojos
y revolotean por el arco de tu iris
hipocampos y estrellas,
falúas y falenas,
ríos y estambres de luciérnagas
sobre una clámide otoñal.
Podría ver un canguro en un paso de cebra
o un hombre de rojo pararse ante un semáforo,
que no me asombraría.
Son los partos prematuros de un mal poema,
los suicidios involuntarios de los puentes.
Este amor es inexplicable,
como el bostezo del paracaidista antes de saltar.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.