Aquiles y la tortuga
La felicidad es una aporía creada para desesperación de espíritus nostálgicos. Es la tortuga de la paradoja de Zenón, a la que ni el mismísimo Aquiles, por muy ligeros que sean sus pies, podrá dar alcance, pues cuando haya llegado hasta su altura, ya no estará allí, sino un paso por adelante.
Cuando quise llegar adonde estabas,
ya te habías ido.
Te seguí con la mirada,
como se ve partir un navío,
hasta que te perdiste en la calígine
de un horizonte lejano y desvaído,
tan distante como un Faro en un mar de sombras.
Eres aquel punto que centellea en el rosetón de la noche,
la luciérnaga que amordaza la niebla con su canto de aurora.
Siempre seremos como Aquiles y la tortuga,
un sueño inalcanzable,
una paradoja irresoluble,
una distancia irreductible,
una carrera imposible en la tornadiza pista del tiempo.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
7 comentarios:
En toda aporía se encierra un secreto, y cuando lo hayas encontrado, podrás alcanzar ese punto luminoso que fulge en la noche.
Has analogado inteligentemente la paradoja de Zenón con tus internas sensaciones, conjuntamente la has embellecido con las virtudes poéticas que te caracterizan.
Una vez mas mi agradecimiento por compartir tu poesía, felicitaciones Poeta.
Estar a punto de tocar el "cielo" y no llegar nunca, sí, triste paradoja, real como la vida misma y dolorosa en la pérdida de toda esperanza.
Eres aquel punto que centellea en el rosetón de la noche,
la luciérnaga que amordaza la niebla con su canto de aurora.
Un todo inalcanzable y bello.
Un abrazo Óscar
POr casualidad he acabado en tu blog y tengoque decir que tu forma de expresar escribiendo me ha gustado mucho. Como enamorada de las letras y la poesia, y por supuesto con tu permiso, pasearé por tus letras.
Un saludo desde Madrid
A pesar de que el imposible es doloroso, a la vez tiene algo de mágico. Yo encuentro una paradoja demasiado atrayente en esta realidad, tal vez porque siempre he andado más apegada a las ideas que a lo tangible y en el imposible la idea se torna infinita y grandiosa. Un abrazo y felicitaciones por tu impecable poema, que además me puso a pensar.
Hay tantas imágenes preciosas dentro de tu poesía, la que más me gustó fue ésta:
"Te seguí con la mirada,
como se ve partir un navío,
hasta que te perdiste en la calígine
de un horizonte lejano y desvaído..." Cuántas veces no hemos visto partir la felicidad de este modo, es tan doloroso, y más si es una aporía, le agregas frustración a ese sentir.
"Eres aquel punto que centellea en el rosetón de la noche,
la luciérnaga que amordaza la niebla con su canto de aurora." ¡Qué bello!
El cierre despeja una realidad infinita, hay imposibles que aunque te dan un tanto de felicidad, no son más que eso, imposibles.
Precioso, es un grandioso poema.
Un abrazo Óscar
Encuentro la paradoja de Aquiles y la tortuga, muy próxima a la realidad. Cuántas veces fijamos un punto en el horizonte y cuando llegamos a él nos damos cuenta que el punto se escapó y está más lejos ahora.
"Te seguí con la mirada,
como se ve partir un navío,
hasta que te perdiste en la calígine
de un horizonte lejano y desvaído"
Transcribiste a la perfección en esa imágen, el dolor de las despedidas.
Hermoso, no queda más que aplaudirte.
Un abrazo.
Como siempre, impecables letras que trasladan imágenes preciosas a los ojos y al corazón.
Un abrazo para ti, en este domingo,
Silvia
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