Blog poesía La luz de tu Faro

En memoria de Sara Álvarez, con Amor, devoción y ternura infinitas. Absorbí tu esencia, y ahora vives en mi poesía. Te devuelvo la vida con mis versos.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Rayo de sol


Fulgurantes, los rayos se extendían como atuendos de princesas entre el noble perfil de las montañas, exhalando una suave luminosidad.
Los hermanos Tanner’, Robert Walser



Éramos dos jinetes cabalgando un rayo de sol,
radiantes como el astro que clava sus espuelas en los ijares de la tormenta
y pulveriza las pardas nubes en jirones de luz;
resplandecientes como el prisma nevado de las cimas alpinas
cuando el cielo vítreo se refracta en el plectro solar
y el horizonte,
escarchado en polícromos espejuelos,
sujeta las bridas del ocaso.

Éramos jóvenes
e indómitos como la cellisca
cuando galopábamos en corceles de viento
por las vastas praderas de fuego
de la eternidad
y blandíamos el látigo
sobre el véspero
con un restallido del disco solar...

...hasta que se fundió el filamento de la bombilla que proyectaba su luz sobre el plaustro dorado de nuestros sueños,
dejándonos a oscuras,
como polillas desorientadas sin un cielo que conquistar.

Éramos dos lenguas de luz enroscadas en un caduceo,
y ahora somos una boca cerrada.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

7 comentarios:

Isabel Moncayo Moreno
11 de diciembre de 2009, 18:12

A veces Óscar somos tan pequeños en el universo que los que escribimos intentamos hacernos grandes en o desde la poesía, no sé si me explico, pero tus letras además de inmortalizar, además de esas figuras que no sé de donde las sacas, ( mente,imaginación prodigiosa) además del rico léxico y de palabras nuevas y mira que sé palabras, además de todo eso y, o, por eso emocionan desde el sentimiento, tú no cuidas sólo la estética, cuidas la ternura, lustras las imágenes, invocas y evocas el amor en cada estrofa, bueno en resumidas cuentas, no me canso de venir a la luz de tu faro.

Un fuerte abrazo mi estimado amigo.

Isabel Moncayo Moreno
11 de diciembre de 2009, 18:13

Rectifico, a veces no, somos pequeños.

Silvia
11 de diciembre de 2009, 22:00

Querido Óscar, como siempre sabes transmitir de manera hermosa y elegante tus sentimientos. Las letras alumbrarán siempre tu corazón. Te dejo unas líneas que escribí en su momento a Sara...
luz desde el faro/
irradia olas de letras/
alumbra siempre
Un abrazo,
silvia

Marisol
12 de diciembre de 2009, 4:11

Siempre quedo gratamente sorprendida con tus imágenes, Faetón; ahora, como buen hijo de Febos, con descripciones lumínicas y resplandecientes.
Se lee amor en cada verso.
Imagino lo difícil y lo triste de ser
'como polillas desorientadas sin un cielo que conquistar.'
Aunque siempre puedes regresar al faro y ser su luz.
Un abrazo infinito.

alberto
12 de diciembre de 2009, 15:16

Oh! Poeta sideral, hoy eres rayo de luces amorosas, espejo fulgente de ese faro que siempre te ilumina.
Sigues en la senda que el destino, a veces de agraz, te ha brindado, trayéndonos imágenes y metáforas siempre renovadas, luminosas y tan llenas de sentimiento que es un agrado y gozo ser mecido en tus letras.
Enhorabuena y permanentes agradecimientos por tus maravillas de egregio Poeta .

Clara Schoenborn
13 de diciembre de 2009, 15:24

Óscar: una vez se ha sido luz, no se deja de serlo. Puede ser que se vague por distintos territorios o por distintos planos, pero la luminosidad engendrada tiene su propia dinámica, que es eterna.Me encanta "bucear" entre tus versos. Un abrazo.

Liz Flores
27 de abril de 2011, 8:09

Ese "éramos" ya de por sí suena tan triste conjugado en tiempo pasado, pero evocarlo es sublime. El horizonte, el ocaso, los jirones de luz, los rayos de sol, el viento... John Williams sonando en mi habitación. Hacen una bella poesía en conjunto. Invitas al silencio, a que la memoria se recree en los ayeres tan divinos que no volverán.

El cierre, precioso.
Un abrazo, Óscar.

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