Blog poesía La luz de tu Faro

En memoria de Sara Álvarez, con Amor, devoción y ternura infinitas. Absorbí tu esencia, y ahora vives en mi poesía. Te devuelvo la vida con mis versos.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Cada noche



una flor
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre
a la delicada urgencia del rocío
'Amantes', Alejandra Pizarnik


Te oigo cada noche astillar mis sueños
sigilosa como un gato que se desliza a mi lado
sin que cruja la madera,
suave como una cortina de terciopelo que tremola débilmente
a la pálida luz del crepúsculo
cuando abres la ventana y penetra en la estancia
el relente y la brisa fresca del estío,
tan silente como el beso atemperado por el rocío de unos labios
abiertos en flor,
húmedos como pétalos de un nenúfar que flota en el vado del río
entre ramilletes de algas y vahídos de lirios.

Llegas a mi cuarto
y te quedas quieta en el umbral,
apoyada en la jamba de la puerta,
y me contemplas desde la penumbra, en un denso silencio,
con el semblante adusto y serio,
como si el tiempo fuera tu súbdito y la noche tu reino,
y en tu hieratismo,
pareces un espectro.

Yo te miro con los ojos entornados,
sin brillo que delate el embeleso en mis pupilas,
y cuando veo que te me acercas,
tan cerca como para susurrarme un te quiero al oído,
me hago el dormido
y sonrío con la límpida e inocente sonrisa de un niño.

Entonces me acaricias la frente
con manos de mariposa que rompe su cáscara de seda
para salir de la crisálida de la tristeza
y volar en libertad, esplendente,
y así velas mi sueño toda la noche,
hasta que con los primeros rayos del alba
te desvaneces.

Te oigo cada noche
como una llave que gira en la cerradura
abriendo la puerta de mis sueños.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

5 comentarios:

Isabel Moncayo Moreno
17 de diciembre de 2009, 17:04

Me gusta tu poesía narrativa, me gustan esas figuras que engalanan tus versos, y me pasa que no puedo destacar una porque a veces como en esta ocasión son una sucesión de imágenes bellas, la primera y la tercera estrofa son las que más me han gustado, pero ya digo, que todo el poema es precioso.

Un abrazo, Óscar

Liz Flores
17 de diciembre de 2009, 19:24

Puntual, como cada noche, como los sueños, como cada gota de rocío sobre las flores al amanecer, como los primeros rayos de luz, así llegan tus versos a tocar las puertas del sentimiento y conmover con tus maravillosas composiciones.

Todo el poema es precioso Óscar, me ha encantado esa sonrisa inocente luego del susurrar el te quiero al oído, y estas líneas que son tan tiernas, como mágicas:

"Entonces me acaricias la frente con manos de mariposa/ y así velas mi sueño toda la noche.../ Te oigo como la llave que gira en la cerradura abriendo la puerta de mis sueños".

Es hermoso contemplar al ser que amas mientras duerme, acariciarle y velarle, aún sí fuese sólo en sueños.

Leerte abre la puerta a la fantasía, es un gusto seguirte.

Te abrazo, estimado poeta.

Ramón María
17 de diciembre de 2009, 19:36

"Entonces me acaricias la frente
con manos de mariposa que rompe su cáscara de seda
para salir de la crisálida de la tristeza
y volar en libertad, esplendente,
y así velas mi sueño toda la noche,
hasta que con los primeros rayos del alba
te desvaneces."


Simplemente perfecto, amigo mio. Solloza mi alma ante tanto dolor mostrado en estas tus letras.

"Con los primeros rayos del alba te desvaneces".

Muy tersas y a la vez sedosas letras de desesperación, mi admiración.


Gracias.Agur un saludo.

Marisol
18 de diciembre de 2009, 3:04

Tu poesía, Óscar, se estiliza cada vez más, las imágenes que logras son de alto vuelo poético.
En especial esta entrega, me pareció de gran contenido, ya que abarca belleza lírica como en:
"como si el tiempo fuera tu súbdito y la noche tu reino"
Ternura incalculable:
"Yo te miro con los ojos entornados,
sin brillo que delate el embeleso en mis pupilas,
y cuando veo que te me acercas,
tan cerca como para susurrarme un te quiero al oído,
me hago el dormido
y sonrío con la límpida e inocente sonrisa de un niño."
Imágenes preciosas:
"Entonces me acaricias la frente
con manos de mariposa que rompe su cáscara de seda
para salir de la crisálida de la tristeza"

Y así podría citarlo todo.
Precioso de verdad.
Un gran beso trístico.

Clara Schoenborn
20 de diciembre de 2009, 0:35

Hermosísima ensoñación que con maestría poética cobra inusitada fuerza en su misión de consuelo. Un saludo afectuoso.

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