Blog poesía La luz de tu Faro

En memoria de Sara Álvarez, con Amor, devoción y ternura infinitas. Absorbí tu esencia, y ahora vives en mi poesía. Te devuelvo la vida con mis versos.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Tristeza ojival


Hay en el arco gótico de tus ojos
una tristeza ojival,
la muda inscripción de una pena soterrada
o un epigrama luctuoso
cincelado en el pórtico de una iglesia abandonada,
tan provecto como el musgo que crece en la piedra labrada.

Hay en la embocadura de tus ojos
un constante lagrimeo de cariátide
o la jerga abstrusa de una gárgola,
sombría y jovial,
que entenebrece el horizonte
desde lo alto de la torre
con su hiperbórea tristeza.

Cuando lloras,
toda el agua de los océanos aflora a los caños de tus ojos,
que se tensan como las cuerdas de un violín
–híspidas crines de caballo–,
y desaguan
flébiles acordes
y piafan
inmisericordes.

La densa niebla de tus párpados
no oculta
una mirada saducea
que seduce con su sibilino bisbiseo.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

5 comentarios:

Isabel Moncayo Moreno
3 de diciembre de 2009, 17:34

No me queda duda, que sabes sacar belleza de la tristeza, estimado Óscar, desde el comienzo, que me recuerda aquél poema de Sara, en el arco de mi empeine, pero que nada tiene que ver con el resto. Juegas nuevamente con figuras retóricas, aliteraciones que suenan bellas al leerlas en alto, paronomasias,jovial/ojival, saducea/seduce, toda una alegoría esta tristeza de amor que transformas en belleza con tu rico lenguaje, del que no me canso de leer y aprender.

Gracias por escribir tan bello, un abrazo.

Clara Schoenborn
4 de diciembre de 2009, 23:59

Óscar: en este poema te has desplegado como avalancha de milagros en el paisaje del lenguaje. Yo tengo que volver no sé cuántas veces a releer este poema porque su belleza da para muchas horas. Un abrazo.

Marisol
5 de diciembre de 2009, 5:30

Con un lenguaje vasto y lírico, abordas la tristeza con figuras góticas y estéticas, como la gárgola de la imagen, tétrica pero poética.
Se me hace difícil encontrar versos a destacar, muchos o todos tienen una belleza de gran envergadura en el poema.
Tu versatilidad es desmesurada, Óscar.
Mi admiración y dos abrazos enormes.

Anónimo dijo...
5 de diciembre de 2009, 13:32

Hola Óscar... Primero he de decirte que admiro la labor que desempeñas en este blog del que tantos sentimientos y emociones se perciben... Segundo, darte las gracias por tu comentario en mi blog. Lo acabo de ver... No sé porque no me avisaron con el típico mail de aviso de comentario. Le di a "Seguir" a este blog porque me emocionó muchísimo la descripción que tienes puesta en él: ese recuerdo hacia ella... Es simplemente precioso...

Y tercero y último decirte, que me gustan mucho tus poemas y sobre todo este último... A pesar de que se percibe una tristeza enorme en cada una de sus letras también se nota la belleza de ese recuerdo que has descrito...

Encanta de seguirte y de comentarte. Un abrazo.

Yoko-Tomoto
7 de diciembre de 2009, 16:04

Los ojos, la mirada. Es en ella que podemos apreciar más allá de cualquier palabra, donde la misma cobra significado, en esas pupilas que hablan en lenguaje no descrito.

A veces es mejor cerrar los ojos y evitar ellos se vean, a veces se está desnudo ante una mirada.

Vuestro poema revela el amor, el desvelo en empatía con aquel ser. Debe ser muy profundo, hiriente y sobre todo enigmático, como una gárgola.

Hermoso
Alejandra

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