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09
Sigues en mis brazos

¿Qué oscura divinidad,
Moloch o Baal,
nos envió este protervo vendaval
que con desaforada violencia arrancó el badajo
a las cigüeñas del campanario
crotorando fúnebres tañidos
sobre los picudos tejados holandeses
de nuestra Ciudad Esmeralda?
Aunque se hayan caído una a una, como en dominó,
todas las columnas que sostenían nuestro universo de ensueño,
sigues en mis brazos
dibujándome estrellas con tu aliento,
y no te soltaré,
mi vida,
aunque la tristeza,
con su martillo destructor,
amenace con hundirme el pecho.
Prometo sujetarte hasta la muerte
cuando la vida, esa anguila traicionera, se te escurra de las manos
y repte, sinuosa, por tu núbil vientre,
y si hiciera falta, me dislocaré las muñecas
tratando de unir los dos continentes que nos separan,
vida y muerte,
como Heracles con su proverbial fuerza.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
1 comentarios:
Cuánta ternura, Óscar, no sé cuánto tiempo hacía que no leía la palabra protervo, pero me he acostumbrado a tu exquisito lenguaje, y en ti, no me suenan rebuscadas las palabras,la segunda estrofa me ha emocionado especialmente, espero y deseo de corazón que esos golpes de tristeza se hagan más leves y llevaderos.
La estrofa final se visualiza con tan buena descripción. Tienes una sensibilidad exquisita. Será por eso que tanto me gusta venir a la luz de tu faro.
Un abrazo, Óscar.
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