Blog poesía La luz de tu Faro

En memoria de Sara Álvarez, con Amor, devoción y ternura infinitas. Absorbí tu esencia, y ahora vives en mi poesía. Te devuelvo la vida con mis versos.

miércoles, 10 de febrero de 2010

El silencio de nuestros nombres


Se me disparó un arcabuz de reproches en la pólvora del ojo,
pero tú limpiaste mi ceguera con tu lengua salaz.

Se nos han ajado los nudillos de tanto golpear a la corteza del verbo.
Me enmudece el borboteo de la sangre en las paredes,
y me dueles como el secuestro de la voz.
Nuestros nombres están hechos de silencio cuando nos besamos.

Cerraste los ojos
con la lengua dormida en la emboscada del sueño.

Tiempo de volar.

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.

4 comentarios:

Liz Flores
10 de febrero de 2010, 18:28

"y me dueles como el secuestro de la voz."

Enmudecer ante el dolor me parece en extremo bello, en poesía claro, aunque en tu caso me duele, pues sé que escribis por experiencias propias. Ese "tiempo de volar" es un proceso doloroso, si, lastima cada que se intenta alzar el vuelo, pero vos como Ave Fénix resurgirás, eso lo sabemos los que te queremos.

Un fuerte abrazo Óscar.

Isabel Moncayo Moreno
10 de febrero de 2010, 19:16

Tú mismo lo dices, el silencio siempre tan poético, por doloroso que resulte. Duelen cada uno de tus versos, del primero al último, ése Tiempo de volar no sé cómo me ha llegado.

Un abrazo, Óscar, un fuerte abrazo.

Clara Schoenborn
11 de febrero de 2010, 3:26

Ay carambas Óscar: éste sí que duele. Difícilmente puede leerse algo tan desoladamente triste. Un abrazo.

Marisol
14 de febrero de 2010, 5:10

Leo y releo tu poema, y me gusta más cada vez. Lo siento, me es imposible señalar algún verso, cada uno tiene su personalidad y se nota que has cuidado al mínimo, cada verso.
Tus metáforas no dejan de sorprenderme.
El 'secuestro de la voz' duele, claro que sé cómo duele, pero de la forma que lo dices hasta suena sublime.
Un cálido abrazo, y mi admiración, siempre.

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